El 15 de enero del año 2014, más o menos a eso de las 8 pm, los policías de la estación de Tshabala en Bulawayo, Zimbabue, abandonaron aterrorizados su puesto de trabajo tras la liberación de un duende dentro del edificio. De acuerdo con el relato brindado por los uniformados, una familia del barrio Nketa habría llevado la criatura a la estación metida en un maletín, la cual, según dijeron, pertenecía a un habitante de la localidad. Los policías, más curiosos que asustados, se reunieron en torno al maletín para ver qué había en su interior, pero cuando un curandero (que había ido con la familia) abrió el maletín, todos los uniformados salieron corriendo de la edificación,llegando incluso a saltar por las ventanas para escapar de la horripilante criatura.
De acuerdo con los policías, la criatura se asemejaba a una serpiente con cabeza de perro,mientras que algunos la describen como un perro con escamas de pangolín. Todos concuerdan en el hediondo olor que emanaba y en que, al saltar, estaba cubierta de sangre.Los policías habrían escapado demasiado pronto para ver cómo el curandero lograba dominar y quemar a la criatura.
Actualmente hay en Zimbabue una investigaciónsobre reportes de brujería que, según testigos, habrían enviado adrede la criatura a la estación de policía, con fines aún desconocidos. Si bien analizar un caso por brujería puede sonar gracioso, no solo lo ameritaría el caso sino que en Zimbabue este tipo de creencias son muy comunes, que incluyen incluso al presidente Robert Mugabe, de quien se dice que contrata hechiceros para ayudarlo a mantener el poder.
Zimbabue es uno de los países más pobres y corruptos del mundo: sus líderes han encontrado innumerables maneras de apropiarse del dinero público sin ser perseguidos o castigados. Quizás este caso no fue sino una distracción que le permitió a alguien realizar actos ilegales mientras la policía se encontraba a la fuga. Sea cual sea la razón, lo cierto es que el duende de Zimbabue es un relato bastante peculiar que cuenta con gran número de testigos
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