miércoles, 29 de octubre de 2014

Seres interdimensionales se alimentan de los humanos


El antropologo Carlos Castañeda, despues de un recorrido con el chaman Don Juan Matus, mediante una sesion de peyote, cuenta su experiencia. Escribio libros igualmente.

Del otro lado del mundo y muy lejos del Asia Central donde suponemos que Gurdjieff adquirió sus conocimientos, el antropólogo Carlos Castaneda vivió una serie de experiencias poco comunes en compañía del brujo yaqui Don Juan Matus. En cierta ocasión, después de observar sombras en la noche, Castaneda se topó con lo que Don Juan llamaba "el tema de temas". 
 
- ¿Qué es, don Juan? - pregunté -. Veo sombras fugaces negras por todos lados.

- Ah, es el universo en su totalidad - dijo -, inconmensurable, no lineal, fuera del reino de la sintaxis. Los chamanes del México antiguo fueron los primeros que vieron esas sombras fugaces, así es que las siguieron. Las vieron como tú las viste hoy, y las vieron como energía que fluye en el universo. Y, sí, descubrieron algo trascendental.

Paró de hablar y me miró. Sus pausas encajaban perfectamente. Siempre paraba de hablar cuando yo pendía de un hilo.

-¿Qué descubrieron, don Juan? - pregunté.

- Descubrieron que tenemos un compañero de por vida - dijo de la manera más clara que pudo -. Tenemos un predador que vino desde las profundidades del cosmos y tomó control sobre nuestras vidas. Los seres humanos son sus prisioneros. El predador es nuestro amo y señor. Nos ha vuelto dóciles, indefensos. Si queremos protestar, suprime nuestras protestas. Si queremos actuar independientemente, nos ordena que no lo hagamos. [...] Has llegado, a través de tu propio esfuerzo, a lo que los chamanes del México antiguo llamaban el tema de temas - dijo don Juan -. Me anduve con rodeos todo este tiempo, insinuándote que algo nos tiene prisioneros. ¡Desde luego que algo nos tiene prisioneros! Esto era un hecho energético para los chamanes del México antiguo.
- Pero ¿por qué este predador ha tomado posesión de la manera que usted describe, don Juan? - pregunté -. Debe haber una explicación lógica.

- Hay una explicación - replicó don Juan -, y es la explicación más simple del mundo. Tomaron posesión porque para ellos somos comida, y nos exprimen sin compasión porque somos su sustento. Así como nosotros criamos gallinas en gallineros, así también ellos nos crían en humaneros. Por lo tanto, siempre tienen comida a su alcance.

Sentí que mi cabeza se sacudía violentamente de lado a lado. No podía expresar mi profundo sentimiento de incomodidad y descontento, pero mi cuerpo se movía haciéndolo patente. Temblaba de pies a cabeza sin volición alguna de mi parte.

- No, no, no, no - me oí decir -. Esto es absurdo don Juan. Lo que usted está diciendo es algo monstruoso. Simplemente no puede ser cierto, para chamanes o para seres comunes, o para nadie.

- ¿Por qué no? - don Juan preguntó calmadamente - ¿Por qué no? ¿Por que te enfurece?
- Sí, me enfurece - le contesté -. ¡Esas afirmaciones son monstruosas!

- Bueno - dijo -, aún no has oído todas las afirmaciones. Espérate un momento y verás cómo te sientes [...] Quiero apelar a tu mente analítica - dijo don Juan -. Piensa por un momento, y dime cómo explicarías la contradicción entre la inteligencia del hombre-ingeniero y la estupidez de su sistema de creencias, o la estupidez de su comportamiento contradictorio. Los chamanes creen que los predadores nos han dado nuestros sistemas de creencias, nuestras ideas acerca del bien y del mal, nuestras costumbres sociales. Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y expectativas, nuestros sueños de triunfos y fracasos. Nos otorgaron la codicia, la mezquindad y la cobardía. Es el predador el que nos hace complacientes, rutinarios y egomaniáticos.

- ¿Pero de qué manera pueden hacer esto, don Juan? - pregunté, de cierto modo más enojado aún por sus afirmaciones -. ¿Susurran todo esto en nuestros oídos mientras dormimos?







- No, no lo hacen de esa manera, ¡eso es una idiotez! - dijo don Juan sonriendo -. Son infinitamente más eficaces y organizados que eso. Para mantenernos obedientes y dóciles y débiles, los predadores se involucraron en una maniobra estupenda (estupenda, por supuesto, desde el punto de vista de un estratega). Una maniobra horrible desde el punto de vista de quien la sufre. ¡Nos dieron su mente! ¿Me escuchas? Los predadores nos dieron su mente, que se vuelve nuestra mente. La mente del predador es barroca, contradictoria, mórbida, llena de de miedo a ser descubierta en cualquier momento.

"Aunque nunca has sufrido hambre - continuó -, sé que tienes unas ansias continuas de comer, lo cual no es sino las ansias del predador que teme que en cualquier momento su maniobra será descubierta y la comida le será negada [...]

Libro de Carlos Castañeda (escribio alrededor de once despues de esta experiencia): 



Somos el alimento de los "dioses"?

Existen los llamados textos de Nag Hamaddi, que son textos que datan de el "tiempo" de Cristo, que fueron encontrados en Egipto, y que se les denomina "evangelios apocrifos".

Los escritos gnósticos contienen descripciones de los depredadores alienígenas llamados Arcontes, Arkontai en griego. Los textos de Nag Hammadi los describen como pesadas criaturas elusivas y sombrías. El nombre más común para ellos es "seres de la semejanza, criaturas de la sombra."

En la antiquisima Biblioteca de Alejandria, existian en sus textos ya informacion sobre los llamados "arcontes" o "regentes del mundo". Como bien se sabe, esta biblioteca fue quemada por el Vaticano, por la Iglesia Catolica, perdiendo asi todos sus textos, entre ellos, muchos de caracter gnosticos, con informacion de un conocimiento totalmente avanzado.

Hay relativamente poca informacion sobre esto, mas que nada libros, info antigua, etc. Para mas informacion, leer evangelios apocrifos, libros de Carlos Castañeda y Don Juan Matus, informacion sobre los "arcontes", biblioteca de alejandria, etc. Hay mas informacion en ingles.

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