lunes, 7 de noviembre de 2016

Un extraño sonido en el fondo del mar aterroriza a animales y personas en Canadá

En una pequeña localidad al norte de Canadá, Igloolik, hay un constante pitido o silbido procedente del fondo del mar que tiene en vilo a todos los habitantes del pueblo. Los animales están asustados y, por el momento, nadie ha podido descubrir cuál es el motivo del incómodo sonido que se lleva escuchando desde verano.
Igloolik
Los cazadores de la pequeña localidad de Igloolik, situada en Nunavut, en el norte de Canadá, están desconcertados por un extraño sonido que, supuestamente, procede del fondo del mar, según  CBC News. Al parecer  se trata de un "zumbido", "silbido" o "pitido" indefinible que desde el pasado verano emana del agua en el Estrecho del Fury y del Hecla, a unos 120 kilómetros de Igloolik.
Uno de los miembros de la Asamblea legislativa local, Paul Quassa, admite que aún no saben el motivo del incómodo sonido y que  los animales del lugar están asustados por un ruido que antes no existía anteriormente en su habitat. "Ésta una de las áreas principales de caza en verano y en invierno" -explica Quassa- porque hay una polinia, un espacio abierto de agua rodeado de hielo "abundante de mamíferos marítimos". Sin embargo, este verano apenas hubo alguno debido a este sonido raro y misterioso, se lamenta.
Los activistas medioambientales y los vecinos locales manejan diferentes explicaciones del enigmático sonido, entre las que figuran los cascos de buques que navegan por la zona o actividades deliberadas de Greenpeace destinadas a salvar los animales asustándolos con el silbido. Sin embargo, la organización descarta las acusaciones y Quassa admite que no vieron " ninguna embarcación que pusiera ningún objeto en el agua".
Otra posibilidad que se baraja es que las son las actividades de la corporación minera de hierro Baffinland, que efectúan sonidos en el golfo cercano a Steensby. Sin embargo, la compañía asegura que  no tiene ningún equipamiento en el agua.
Por lo tanto, las autoridades locales y las Fuerzas Armadas de Canadá, que también están implicadas en la investigación del caso, admiten que, por ahora, " no tienen ninguna pista" para averiguar el origen del sonido ni las posibles consecuencias que este suceso pueda producir en la fauna de la localidad de Igloolik.

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