1. Desaparición del Boeing B-47E Stratojet 52-534
El 10 de marzo de 1956 desapareció en el Mar Mediterráneo el Boeing B-47E Stratojet 52-534. La particularidad de este vuelo es que llevaba desmontados en su bodega dos núcleos para armas nucleares.
Había partido de Tampa, Florida, y se dirigía a la base militar aérea
de Ben Guerir en Marruecos. Era un vuelo sin paradas y repostó en el
aire. Tras el primer repostaje que transcurrió sin incidentes, contactó
con el avión nodriza para un segundo abastecimiento. De repente, cesó la comunicación y jamás se volvió a saber nada del avión. Con el avión desaparecieron sus tres tripulantes.2. Vuelo 739 de la Flying Tiger Line
Era un Lockheed L-1049 Super Constellation que fue contratado por las fuerzas armadas de los EE.UU. para realizar un vuelo chárter el 16 de marzo de 1962. A bordo viajaban 93 soldados estadounidenses y 3 sudvietnamitas además de la tripulación. En total desaparecieron 107 personas.
Había salido de la base aérea Travis en California y su destino final era Saigón en Vietnam. Repostó en la Isla de Guam y debía volver a hacerlo en Filipinas, en la base aérea de Clark, pero jamás llegó. Desapareció misteriosamente con esas 107 personas a bordo. El gobierno americano inició la mayor búsqueda de restos conocida hasta entonces. Se rastrearon 520.000km2 en busca de algún indicio de lo que había ocurrido o de dónde pudiera haberse accidentado el avión, pero no se encontró nada. Se dio por buena la versión de que había explotado en vuelo por causas desconocidas.
Boeing 707-323C de VARIG
El Boeing 707-323C de Varig desapareció el 30 de enero de 1979 cuando volaba del aeropuerto Narita de Tokio al aeropuerto de Río de Janeiro con escala en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. El capitán del Boeing, Gilberto Araújo da Silva, ya había sufrido seis años antes un accidente en París en el que murieron 123 personas. Tenía en su haber más de 23.000 horas de vuelo. Era un avión de carga cuya tripulación constaba de 6 personas. El avión desapareció 30 minutos después de su despegue a unos 200 km. de Tokio.
En la bodega de carga transportaba 153 cuadros de Manabu Mabe, que volvían de Japón a Brasil tras ser expuestos. Las obras estaban valoradas en más de un millón de dólares. Nunca se encontraron restos del avión, ni por supuesto de las pinturas que llevaba.
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