Hay cientos de historias que giran en torno a la noche de los muertos. Incluso, muchas de ellas han construido grandes conspiraciones y arrastrado grandes tragedias.
Tiempo de lectura 7 minutos
LA LEYENDA DE JACK O´LANTERNUna de las costumbres más extendidas por todo el mundo cuando llega la noche de difuntos es la de ahuecar una calabaza y convertirla en una improvisada lámpara, iluminando su interior con un candil o una vela.
Hay muchas versiones, pero en una de ellas, habríamos de retroceder más de doscientos años y situarnos en la Irlanda rural para encontrar a Jack, un granjero tacaño y maleante en potencia, que en la noche del 31 de octubre se topó por la noche con el diablo que vino decidido a llevarse su alma por toda una vida pendenciera de estafas y maldades.
Al morir, San Pedro no permitió el acceso al cielo a un alma tan
pecaminosa, conduciendo al truhan hacia el infierno. Pero el diablo no
había olvidado su pacto con Jack, condenando al alma del granjero a vagar en oscuridad por toda la eternidad.
Y para reirse de él, le lanzó una brasa del infierno, que aprovechó Jack para introducir dentro de una calabaza ahuecada para que le sirviera de linterna y así poder ver su camino a través de la eternidad.
La calabaza de Jack, pasaría a conocerse como la calabaza del infierno, y ayudaría a todo aquel que la colocase en su puerta a espantar a las almas en pena que pudieran pasar cerca en la noche de los muertos.
ZUGARRAMURDI Y LA QUEMA DE BRUJAS
No nos pudimos reir más con la versión cinematográfica que Álex de la Iglesia realizó en honor de las brujas de esta localidad navarra que rezuma misterio por los cuatro costados.
Las brujas han tenido durante siglos la exclusividad del noviazgo con el diablo, un ramalazo histórico que probablemente se asentara con el paso de los siglos gracias a la herencia de los celtas.
Con la llegada en la Edad Media del poder absoluto de la Iglesia Católica, y con ella el tribunal de la Santa Inquisición, la medicina natural y el culto a la naturaleza y a los espíritus de los bosques se transformaron en herejía y sinónimo de muerte.
Y para reirse de él, le lanzó una brasa del infierno, que aprovechó Jack para introducir dentro de una calabaza ahuecada para que le sirviera de linterna y así poder ver su camino a través de la eternidad.
La calabaza de Jack, pasaría a conocerse como la calabaza del infierno, y ayudaría a todo aquel que la colocase en su puerta a espantar a las almas en pena que pudieran pasar cerca en la noche de los muertos.
No nos pudimos reir más con la versión cinematográfica que Álex de la Iglesia realizó en honor de las brujas de esta localidad navarra que rezuma misterio por los cuatro costados.
Las brujas han tenido durante siglos la exclusividad del noviazgo con el diablo, un ramalazo histórico que probablemente se asentara con el paso de los siglos gracias a la herencia de los celtas.
Con la llegada en la Edad Media del poder absoluto de la Iglesia Católica, y con ella el tribunal de la Santa Inquisición, la medicina natural y el culto a la naturaleza y a los espíritus de los bosques se transformaron en herejía y sinónimo de muerte.
Y esto fue lo que sucedió realmente con las famosas brujas de Zugarramurdi: una conspiración. A primeros de noviembre de 1610 se condenaron a morir en la hoguera a doce mujeres acusadas de brujería por sus propios vecinos, más concretamente por una joven que se mudó al pueblo y aseguró haber participado en ritos paganos.
Tal fue la obsesión del inquisidor Salazar y Frías con este tema, que provocó una especie de paranoia en la localidad, repitiéndose innumerables acusaciones de brujería entre los vecinos.
Todo ello llevó a la muerte de doce inocentes, siete en la hoguera y cinco por suicidio en la propia carcel, pues algunos preferían el suicidio antes que ese horrible final. A pesar de haber reconocido el error años después, el mito ya estaba creado.
TRASMOZ, EL PUEBLO MALDITO
Hemos de trasladarnos a Zaragoza, a tan sólo 15 kilómetros de Tarazona, para encontrar lo que ha pasado a la historia como el pueblo maldito, aquel que fue excomulgado por la Iglesia en 1252 y que trae bajo el brazo centenares de leyendas relacionadas con la brujería y la magia negra.
De hecho, es muy curioso pasear por sus calles y observar cómo algunas hierbas druídicas que se creían con poderes mágicos como la salvia o el muérdago, penden de sus ventanas durante todo el año.
Tal fue la obsesión del inquisidor Salazar y Frías con este tema, que provocó una especie de paranoia en la localidad, repitiéndose innumerables acusaciones de brujería entre los vecinos.
Todo ello llevó a la muerte de doce inocentes, siete en la hoguera y cinco por suicidio en la propia carcel, pues algunos preferían el suicidio antes que ese horrible final. A pesar de haber reconocido el error años después, el mito ya estaba creado.
Hemos de trasladarnos a Zaragoza, a tan sólo 15 kilómetros de Tarazona, para encontrar lo que ha pasado a la historia como el pueblo maldito, aquel que fue excomulgado por la Iglesia en 1252 y que trae bajo el brazo centenares de leyendas relacionadas con la brujería y la magia negra.
De hecho, es muy curioso pasear por sus calles y observar cómo algunas hierbas druídicas que se creían con poderes mágicos como la salvia o el muérdago, penden de sus ventanas durante todo el año.
Nos adentramos en la Luz de las ánimas, la festividad
de los muertos que se celebra en estos días y que ilumina la fría y
tétrica noche del pueblo aragonés. Tenemos que acudir a fuentes
institucionales para desvelar el misterio.
El origen de este curioso "título" procede realmente del abad del Monasterio de Veruela, Don Andrés de Tudela que, en disputa por la apreciada madera de la zona, decidió excomulgar al pueblo entero y quedarse con la leña.
Ya en el siglo XVI, los desaires entre el monasterio y el pueblo llegaron a su punto culminante cuando se desvió el curso del agua del río y las Cortes de Aragón reprendieron al entonces abad, Don Pedro Ximénez de Embún. ¿El resultado? Otra maldición para el pueblo entero que llevó a la creencia de que se practicaban rituales satánicos durante muchos años
En 1850 se asesinó a la Tía Casca, una curandera que fue considerada bruja en una época en la que las epidemias y las muertes estaban a la orden del día y había que buscar un culpable. A día de hoy, al parecer, el pueblo continúa excomulgado y maldito por la Iglesia, pero eso no le ha impedido abrir su propio Museo de las Brujas.
Ya en el siglo XVI, los desaires entre el monasterio y el pueblo llegaron a su punto culminante cuando se desvió el curso del agua del río y las Cortes de Aragón reprendieron al entonces abad, Don Pedro Ximénez de Embún. ¿El resultado? Otra maldición para el pueblo entero que llevó a la creencia de que se practicaban rituales satánicos durante muchos años
En 1850 se asesinó a la Tía Casca, una curandera que fue considerada bruja en una época en la que las epidemias y las muertes estaban a la orden del día y había que buscar un culpable. A día de hoy, al parecer, el pueblo continúa excomulgado y maldito por la Iglesia, pero eso no le ha impedido abrir su propio Museo de las Brujas.
LOS LAMENTOS DE LA ISLA DE ONS
Galicia es sin duda uno de los destinos preferidos para los amantes del misticismo, de las leyendas y de las historias de la España Negra. Uno de los puntos más inquietantes se sitúa en la isla de Ons, en la provincia de Pontevedra, un lugar de singular belleza, paraje predilecto para el paso de la Santa Compaña.
Se dice que en la isla de Ons se encuentra la entrada al mundo de los muertos en lo que se llama Buraco do Inferno (agujero del infierno), un agujero de unos cinco metros de diámetro ubicado en el sur de la isla y que tiene una profundidad de unos cuarenta metros.
Según la leyenda, la puerta del mundo de los muertos está custodiada por un toro con los cuernos dorados que no deja entrar a los vivos en su interior. Cuando el mar está bravo, se pueden apreciar los lamentos de los muertos en el interior, almas que sufren por sus pecados y que se quejan con gritos estremecedores.
El paraje es muy peligroso, y se dice que la escarpada se ha cobrado la vida de más de un imprudente durante el día. Por la noche, también es bien sabido que es fácil encontrarse a la Santa Compaña deambulando cerca del agujero. Ya se sabe, el féretro que lleva la Santa Compaña en el centro es el tuyo, así que si les ves, mira hacia otro lado.
Galicia es sin duda uno de los destinos preferidos para los amantes del misticismo, de las leyendas y de las historias de la España Negra. Uno de los puntos más inquietantes se sitúa en la isla de Ons, en la provincia de Pontevedra, un lugar de singular belleza, paraje predilecto para el paso de la Santa Compaña.
Se dice que en la isla de Ons se encuentra la entrada al mundo de los muertos en lo que se llama Buraco do Inferno (agujero del infierno), un agujero de unos cinco metros de diámetro ubicado en el sur de la isla y que tiene una profundidad de unos cuarenta metros.
Según la leyenda, la puerta del mundo de los muertos está custodiada por un toro con los cuernos dorados que no deja entrar a los vivos en su interior. Cuando el mar está bravo, se pueden apreciar los lamentos de los muertos en el interior, almas que sufren por sus pecados y que se quejan con gritos estremecedores.
El paraje es muy peligroso, y se dice que la escarpada se ha cobrado la vida de más de un imprudente durante el día. Por la noche, también es bien sabido que es fácil encontrarse a la Santa Compaña deambulando cerca del agujero. Ya se sabe, el féretro que lleva la Santa Compaña en el centro es el tuyo, así que si les ves, mira hacia otro lado.
BONUS TRACK PARA LOS QUE NO QUIEREN DORMIR
La limpia de huesos de Pomuch es sencillamente alucinante. En esta localidad del sureste de México, se da un paso más en el culto a la muerte. De hecho, se honra a los seres ya fallecidos sacando los huesos de las tumbas y limpiándolos a conciencia.
Este gesto se considera más de amor y cariño que de otra cosa, pues para ellos la muerte no significa separarse de sus seres queridos en absoluto. El día de los Muertos es una tradición que tiene su origen en Europa por la tradición celta, aunque todas las culturas han venerado a la muerte desde que existe la Humanidad.
Los egipcios, de hecho, fueron pioneros en esto del culto a la muerte; para ellos al morir, había que rendir cuentas de la vida ante los 42 jueces de Osiris en lo que se llamaba el "libro de los muertos".
En México el Día de los Muertos es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Y esto es así desde que en 2008 fuera declarado por la UNESCO para el
día 2 de noviembre. El 1 de noviembre se dedica a los fallecidos en edad
temprana y el día 2 para los fallecidos en edad adulta
La limpia de huesos de Pomuch es sencillamente alucinante. En esta localidad del sureste de México, se da un paso más en el culto a la muerte. De hecho, se honra a los seres ya fallecidos sacando los huesos de las tumbas y limpiándolos a conciencia.
Este gesto se considera más de amor y cariño que de otra cosa, pues para ellos la muerte no significa separarse de sus seres queridos en absoluto. El día de los Muertos es una tradición que tiene su origen en Europa por la tradición celta, aunque todas las culturas han venerado a la muerte desde que existe la Humanidad.
Los egipcios, de hecho, fueron pioneros en esto del culto a la muerte; para ellos al morir, había que rendir cuentas de la vida ante los 42 jueces de Osiris en lo que se llamaba el "libro de los muertos".
La muñeca la compró un joven en 1918 a su hermana pequeña Okiku, de dos años y que la convirtió en su inseparable amiga. La niña murió al año siguiente y la familia colocó a la muñeca en el altar que la honraba. Se dice que el espíritu de la niña se alojó en la muñeca ya que, inexplicablemente, a esta última le crecía el pelo...
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