Cuenta una leyenda que los mayas dispersaron por el
mundo trece calaveras talladas que heredaron de los habitantes de la
legendaria Atlántida antes de que su continente se hundiera en el mar, y
que cuando éstas se hallen y reúnan en un solo lugar, será el tiempo en
que la sabiduría de los atlantes habrá de ser trasmitida a la
humanidad.
Otra versión de la historia relata que cada calavera
corresponde a uno de los trece mundos que fueron habitados por los
humanos. El último de estos trece mundos sería el nuestro. Por eso se
dice que son 12 +1 calaveras las que fueron traídas y repartidas por
toda la Tierra para recabar sobre nuestro aprendizaje y responder por
nuestra existencia.
Actualmente, varias de estas calaveras están expuestas en
las vitrinas de distintos museos del mundo, habiendo sido descubiertas
–según los creyentes en la leyenda– al menos ocho de las trece. Según la
especialista en la materia Ellie Crystal, cada una de las calaveras se
halla en diferentes manos, y cada una de ellas ha sido bautizada con un
nombre propio.
La
más conocida es la Calavera Skull of Doom, también llamada “Calavera
del Destino” o “Cráneo del Destino”. Su aspecto y medidas son casi
réplicas exactas de una calavera humana. Tallada a partir de una sola
pieza del más puro cristal de cuarzo, tiene la mandíbula articulada y
apenas presenta imperfecciones. Por su forma y tamaño, se presume que se
trata de un cráneo femenino.
Mitchell-Hedges y la Calavera del Destino
En 1919, el aventurero británico Frederick Albert
Mitchell-Hedges viajó hasta Belice junto a su hija Anna. Allí
descubrieron una zona arqueológica entre las ruinas de la ciudad maya de
Lubaantún. Mitchell-Hedges andaba buscando algún vestigio que le
ratificara la existencia de la Atlántida, hasta que en el decimoséptimo
cumpleaños de su hija Anna, el 1 de enero del año 1924, escudriñando
entre las ruinas de un templo, la joven observó un haz de luz entre las
piedras.
Al mover los bloques pudieron desenterrar una fascinante
calavera de cristal. Se dio cuenta que eran cerca de 300 indígenas los
que trabajaban en dichas excavaciones, y que cuando la calavera salió a
la luz, todos ellos se arrodillaron con admiración, postrándose
respetuosamente ante ella y besando con recogimiento el suelo.
Los científicos actuales no tienen respuestas claras sobre
cómo pudo ser tallada de forma tan perfecta la calavera. De hecho, hoy
en día no existe ninguna herramienta capaz de esculpir semejante pieza a
partir un solo bloque del más puro cristal y, además, del modo como se
hizo: tallada en contra del eje natural de la roca. No existen
evidencias ni rastro alguno que hagan pensar que se utilizase alguna
herramienta metálica en su manufactura. Por eso muchas personas
relacionan su talla con posible tecnología extraterrestre.
Por
su parte, Mitchell-Hedges, sostenía que crear tal objeto frotando un
inmenso bloque de cristal con arena debió haber ocupado a los mayas
durante unos 150 años, trabajando todos los días de sus vidas,
generación tras generación. En 1970, Anna y la familia Mitchell-Hedges
entregaron el cráneo a los laboratorios de Hewlett Packard para un
profundo estudio científico. Dichos laboratorios, tras minuciosos
exámenes, demostraron que la calavera había sido tallada a partir de un
único bloque de cristal, y que con toda nuestra tecnología actual
resultaría imposible fabricar una igual.
Otra de las calaveras de cristal se encuentra en el Museo
de la Humanidad del Museo Británico de Londres, Inglaterra. Denominada
“Calavera Británica”, está considera como una gemela de la “Calavera del
Destino”. Su diferencia consiste en que la llamada “Británica” tiene la
mandíbula fija. Los historiadores piensan que ambas calaveras fueron
talladas por las mismas manos. El Museo Británico la adquirió a la
joyería Tiffany de Nueva York en 1998. Tíffany no supo –o no quiso–
explicar dónde la había conseguido.
Otras calaveras de cristal
Son numerosas las calaveras talladas de cristal
“descubiertas” en los últimos 150 años. Algunas de las más conocidas son
las que enumeramos a continuación:
La Calavera SHA-NA-RA se encontró en México en 1995. Se cuenta que se utilizaron supuestas técnicas psíquicas para conocer el lugar donde estaba. Nick Nocerino, su propietario, fundó un Instituto de Investigación Parapsicológica cuyo grupo de investigación ha recopilado mucha información sobre cada una de las calaveras descubiertas.
La Calavera SHA-NA-RA se encontró en México en 1995. Se cuenta que se utilizaron supuestas técnicas psíquicas para conocer el lugar donde estaba. Nick Nocerino, su propietario, fundó un Instituto de Investigación Parapsicológica cuyo grupo de investigación ha recopilado mucha información sobre cada una de las calaveras descubiertas.
La
conocida como Calavera Maya fue descubierta en Guatemala en 1912. Esta
calavera, también tallada en cuarzo, pertenece a un supuesto “monje
maya”, y también fue estudiada científicamente por Hewlett-Packard. Por
su parte, la llamada Calavera Lazuli, tallada en lapislázuli, fue
descubierta en 1995 en el norte del Perú por indígenas incas. Una tribu
cercana aseguraba que había sido obra de “espíritus malignos”.
En cuanto a la bautizada como Calavera Jesuita, se tienen
noticias de ella desde 1534. San Ignacio de Loyola, fundador de los
Jesuitas la tuvo en su poder. Cuentan que atrae toda clase de pájaros.
Con respecto a la Calavera SHUI TING ER, hay que indicar que fue tallada
en amazonita y descubierta hace 130 años por el arqueólogo chino Yeng
Fo Huu en el suroeste de Mongolia.
La Calavera Océana, asimismo esculpida en cuarzo,
perteneció a un campesino brasileño que vive en una región remota de la
Amazonía. Se cree que fue descubierta por los indígenas. En el año 2004
fue donada a un museo de minerales por un distribuidor de joyas
brasileño. En relación con la apodada como Calavera ET, se sabe que fue
descubierta en 1906 en Guatemala. Esculpida en cuarzo ahumado, se
caracteriza por la forma puntiaguda del cráneo y por su pronunciada
mandíbula. Tiene cierto aire no humano y forma parte de la colección
privada de Broma Van Dieten. Broma se dedica a recorrer el mundo para
compartir los supuestos poderes curativos que posee esta calavera.
La
Calavera MAX es la mayor calavera de cristal conocida. Descubierta
también en Guatemala, se cree que era utilizada en rituales de sanación.
También se la conoce como la Calavera de Cristal de Texas, ya que acabó
en manos de la espiritualista texana Joann Parks. La familia permite
visitar a ‘Max’, y la ha donado temporalmente para diversas exposiciones
celebradas en diferentes lugares de los Estados Unidos.
Por último, debemos recordar a la Calavera BABY LUV,
tallada en cuarzo rosa y descubierta en el año 1700 por un monje del
monasterio de Lvov (Ucrania).
Sea como fuere, las historias y leyendas de las calaveras de cristal siguen fascinando a mucha gente aún a día de hoy, y algunos de sus estudiosos insisten en las propiedades paranormales que poseen.
Sea como fuere, las historias y leyendas de las calaveras de cristal siguen fascinando a mucha gente aún a día de hoy, y algunos de sus estudiosos insisten en las propiedades paranormales que poseen.
De todos modos, todavía quedan muchas incógnitas sin
resolver en relación con estas reliquias, como por ejemplo la de por
qué, cómo y cuándo fueron creadas estas tallas tan exquisitas y
difíciles de elaborar sobre cristales tan frágiles, imposibles de
esculpir con tanta precisión aún en la actualidad.
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