En muchas ocasiones hemos hablado de objetos malditos,
causando en sus propietarios grandes desgracias o incluso la propia
muerte. Pero aparte de los objetos, la música también puede llegar a
estar maldita, teniendo un profundo impacto en la psique y en las
emociones humanas, ¿pero puede una canción causar más de un centenar de
muertes por suicidio?
Este es el caso de la canción Gloomy Sunday, escrita en
1932 por el pianista y compositor húngaro Rezső Seress, que fue apodada
como la canción húngara del suicido, debido su conexión misteriosa con
muchos suicidios.
La canción suicida
La historia que rodea a Gloomy Sunday se ha convertido con
el tiempo en algo así como una leyenda. Se sabe que la música fue
compuesta por Rezső Seress y las letras fueron escritas por László
Jávor, y que fue grabada por primera vez por Pál Kalmár en 1935. Algunas
versiones de la leyenda dicen que la canción fue inspirada por la
trágica ruptura de Seress con su amante, que más tarde se suicidó,
mientras que otros afirman que fue la novia suicida de Jávor que inspiró
la canción. La misteriosa canción está contada desde la perspectiva de
una persona cuyo amor ha muerto y está pensando en el suicidio con el
fin de reunirse con ella, acompañado por una melodía particularmente
triste.
Curiosamente, Seress se suicidó el 13 de enero de 1968. En su obituario, el New York Times informó que “Gloomy Sunday” había
dejado a Seress deprimido porque creía que no volvería a crear otra
canción de éxito. Peor el misterio no acaba aquí, ya que la conexión con
el suicidio comenzó incluso antes de que fuera publicada, ya que el segundo editor que recibió la partitura se suicidó poco
después. Sin embargo, “Gloomy Sunday” fue un éxito indiscutible en la
era de la “depresión húngara”, y con el tiempo la canción se dio a
conocer en el extranjero.
La maldición de la canción se comenzó a extender, y en un
artículo publicado en marzo de 1936 por la revista Time mostró una serie
de suicidios en Hungría vinculados a la canción: un zapatero citó la
canción en su nota de suicidio, dos personas se suicidaron mientras
escuchaban la canción, la gente se suicidaban tirándose al Danubio,
mientras escuchaban la misteriosa partitura. Y los informes realizados a
la canción no se solo se limitaban a Hungría. En la década de 1930, el
New York Times informó sobre suicidios e intentos de suicidio en los
Estados Unidos relacionados con “Gloomy Sunday”. La canción fue
prohibida incluso por la BBC hasta el año 2002, y según algunos
informes, algunos tiendas se negaron a vender la canción, temiendo que
de alguna manera fuera responsable los suicidios.
La canción llego a ser tan popular que el mismísimo Billie
Holiday grabó su propia versión de “Gloomy Sunday” en 1941, y
posteriormente la canción se llegaó a grabar 79 veces por artistas
conocidos como Lou Rawls, Ray Charles, Elvis Costello, Sarah McLachlan, y
Björk.
¿Canción maldita?
Dejando aparte la explicación científica que más adelante comentaremos, muchas personas creen que detrás de esta música“infernal” se
esconde una influencia demoníaca, o infestación, convirtiéndose así en
un tema bastante controvertido, la canción maldita. Este tema suele ser
un tema muy difícil de tratar, simplemente porque muchas personas
tienden a pensar en la superstición como la posibilidad de que ciertas
canciones pueden ser maldecidas. Cuando se habla de“canciones malditas” no significa necesariamente que alguien realizó alguna especie de ritual sobre la canción con el fin de que sea maldita.
Como hemos comentado en anteriores artículos, hay objetos
malditos que pueden llegar a provocar mala suerte extrema, grabes
accidentes, ruina económica, enfermedades, pesadillas, tensiones en las
relaciones, insomnio, y mucho más. Pero tenemos que recordar que cada
caso es diferente, y como puede ocurrir en la canción “Gloomy Sunday”,
los efectos pueden llegar a ser muchos más devastadores, como la
destrucción del propio ser.
¿Y qué piensa la ciencia?
La ciencia también ha investigado la misteriosa canción,
teorizando que se pueda tratar de suicidogenetica. De hecho, existe un
término para describir este fenómeno, conocido como “Efecto Werther”,
que hace referencia a un aumento de los suicidios emulando un suicidio
ampliamente publicitado (real o ficticio). Incluso se han llegado a
realizar investigaciones sobre los posibles efectos del cine, la
televisión, la música y los juegos en el comportamiento suicida. Aunque
hay que apuntar, que todos los estudios realizados hasta el momento no
han dejado claro si ciertos componentes de medios o géneros podrían
desencadenar constantemente suicidios, siendo un tema muy controvertido
para la propia comunidad científica.
Lo único cierto es que la canción “Gloomy Sunday” parece
tener una relación directa con los suicidios, accediendo al interior
del cerebro y inspirando a la muerte. Canción maldita o paranoia
colectiva, sea lo que sea continúa siendo un misterio sin respuesta.
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