El octubre del año 2007, seis guardias civiles y dos policías locales fueron testigos de unos impresionantes y aterradores fenómenos paranormales en el hospital Virgen del Toro, en Mahón (Menorca).
Según el informe de la Guardia Civil, a las 2:30 de la madrugada un vigilante de seguridad de la empresa Trablisa. encargado de vigilar el hospital tras su cierre, empezó a escuchar unos fuertes y extraños ruidos en la planta superior del edificio. Según el informe de la Guardia Civil este hombre alertó a las autoridades a las 6:15 de la mañana denunciando los fenómenos que había presenciado. Los ruidos eran fuertes y al pensar que habían entrado al edificio ladrones no dudó en hacer la llamada.
Al llegar la Guardia Civil, comienza el registro del hospital. Todo transcurre con normalidad hasta que empiezan a escuchar ruidos y risas procedentes de la última planta. Desde la calle se podía ver como las luces de la última planta se encendían y apagaban de forma intermitente y cuando llegaron a esta planta no había absolutamente nadie. Esto los dejó helados.
Fue en este momento cuando la Guardia Civil decide solicitar la ayuda del Cuerpo Nacional de Policía y realizar una nueva inspección planta por planta.
Llegaron a la última planta y el silencio era sepulcral. Según Daniel, el Guardia Civil que dio a conocer este caso en un medio público, en ese momento pensaron que los ladrones se habían escondido y que estaban de alguna manera “jugando” con ellos.
Llegados a este punto lo agentes volvieron a salir del edificio para solicitar el servicio cinológico para nuevamente volver a realizar la inspección. Mientras llegaba el perro procedieron a realizar un nuevo registro y al llegar a la quinta planta se quedaron sorprendidos. La mayoría de enseres estaban cambiados de sitio y habían pasado apenas 10 minutos desde la última vez que habían estado en esta parte del edificio. Las lámparas de quirófano, cámas y cajas de cartón con documentación estaban cambiados de lugar y esto si que dejó impresionados a los agentes.
Volvieron a subir con el perro y todo fue normal hasta llegar a la última planta. El perro no quería salir del ascensor y se ponía nervioso emitiendo una especie de lloro y frenándose con las patas cuando intentaban hacer que avanzara. Incluso el guía canino que los acompañaba le tiró un juguete en mitad del pasillo y el perro no avanzó.
Fue en ese instante cuado por la escalera subieron los otros agentes y dieron la alerta de que al fondo de pasillo había extraña figura que parecía asomarse por la esquina derecha, una especie de “sombra” que parecía una mujer. Los agentes dan el alto de prevención y le dicen a esta figura que se identifique y que salga con las manos visibles. Al no recibir respuesta seis agentes dan el segundo aviso sacando el arma y encañonando a esta “sombra”. Al tercer aviso esta figura desaparece ante ellos.
A raíz de este caso otras personas trabajadoras del hospital han roto el silencio contando experiencias muy similares, la mayoría con fenómenos sonoros como ventanas que se abren de par en par y timbres que suenan en habitaciones de pacientes.
Los vecinos del barrio Tanques del Carme de Mahón fueron testigos de como una noche de madrugada en el primer piso una ventana se iluminaba.
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