Los psíquicos y ocultistas que se han interesado por la civilización atlante han podido sacar mucha más información que los mismos arqueólogos o historiadores. Al no verse limitados por las barreras del espacio y el tiempo, los datos que han aportado son bastante precisos y sorprendentes.
Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891) obtuvo sus conocimientos a partir del estudio de tradiciones ocultistas orientales y mediante comunicaciones con otros planos. Algunas de sus propuestas sobre los atlantes resultaban absurdas y descabelladas en su época, pero un siglo después han recobrado vigor.
Por ejemplo, la idea de que seres inteligentes anteriores al hombre coexistieron con los dinosaurios. En su época la idea tachó de absurda, pero lo cierto es que parece cada vez más plausible a la vista de los inexplicables hallazgos de huellas y fósiles humanoides correspondientes a aquella época en diversas zonas del planeta.
Blavatsky describió un mapa de la antigüedad de la Tierra y un esquema de la evolución humana mediante diversas Razas Raíz, divididas en Subrazas, que resultaban más que discutibles. Pero a medida que van aflorando fósiles humanos de mayor antigüedad, junto con los objetos realizados por seres inteligentes que fechan de miles de años, parecen ir confirmándose algunos de sus datos.
Éstas Razas Raíz que señala Blavatsky aportan una interesante información respecto a la historia de la humanidad. Explica la vidente que la primera raza humanoide existió en el plano astral.
La segunda o hiperbórea, se acercaba más a los hombres actuales, pero estaba muy vinculada con el plano etéreo. En tercer lugar estaban los habitantes de Lemuria, desaparecida en el Pacífico. La cuarta raza se correspodía a los atlantes.
La ocultista explica que eran bastante altos, estaban divididos en dos sexos y su avanzada civilización habría dado origen a las conocidas por nosotros. Sin embargo, al igual que Lemuria, su sociedad fue destruida por diversos cataclismos.
La quinta raza seríamos nosotros, y la sexta y la séptima serán razas de nuevo más etéreas.
La canalizadora Ingrid Bennett, sanadora y médium Holandesa, desde niña ha canalizado muchísima información sobre su pasada vida en la Atlántida como Guardiana del Cristal. En sus informes ofrece datos sobre la vida íntima de los Atlantes: Las relaciones sexuales eran muy activas y los mantenían sanos. El sexo era tan importante, como el comer y el dormir. Algunos tenían relaciones con animales o con seres mitad humanos mitad animales, como los centauros.
La perversión de las costumbres en la última etapa Atlante, no se limitó sólo a la práctica del bestialismo, sino también a la de la magia.
Ésta terminó por minar su sociedad, según asegura Daphine Vigers en "Atlantis Rising" (1952):
"Hace unos 10.000 años, los egoístas dirigentes de la Atlántida perdieron interés en el progreso científico y su respeto por el antiguo conocimiento desapareció. A medida que éstos dedicaban sus energías a peligrosas prácticas ocultas, la magia negra reemplazó gradualmente a la Religión."
Diversos autores han afirmado que la causa del desastre final se debió precisamente a la práctica de la magia, pero otros lo han atribuido a su avanzada tecnología, la cual les habría permitido manejar poderosas energías cosmotelúricas, que acabaron escapando a su control y provocaron un gran desequilibrio en la Naturaleza.
Según expone Murry Hope en su obra "Practical Atlantean Magic" (1991), las ciudades de los atlantes eran pequeñas y las casas circulares.
Por su parte, el psíquico Dale Walker indica:
"Construyeron grandes torres como faros cerca del mar... Templos de gran belleza llenaban la Tierra. En ellos, la combinación de luz, color, sonido, magnetismo y energías de pensamiento se canalizaban mediante cristales para hacer maravillas en el campo de la Sanación."
Este no es el único dato que aporta Walker sobre la forma en que los Atlantes ejercían la medicina. Sus informes van mucho más allá:
"Cuando era preciso, los sacerdotes Sanadores conectaban con las mentes de los pacientes para conseguir que las células del cuerpo se separaran, dejando al descubierto el órgano enfermo. Las células a su alrededor se soltaban y forzaban al órgano hacia la superficie del cuerpo, donde el Sanador lo tomaba y lo introducía en una cámara de rejuvenecimiento. Las células rejuvenecían solas... No había dolor ni sangre ni traumas."
Esta información no es la única capaz de despertar escepticismo respecto a lo que nos cuentan sobre la civilización Atlante.
El psíquico Dale Walker, ha indicado que en la Atlántida se utilizaban cristales para convertir la energía solar en electricidad. Su increíble poder y esplendor fue posible gracias a la ciencia de los cristales. El descubrimiento del uso de los cristales para controlar la increíble reacción energética entre materia y antimateria, dio lugar a los vuelos espaciales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario