Aunque se trata de libros que han estado perseguidos durante muchos siglos,
algunos de ellos han llegado hasta nuestros días, desvelando una
sabiduría que, cuanto menos, resulta llamativo e interesante de conocer.
Uno de estos grimorios es el Heptameron, uno de los libros de conjuros más antiguos de los que se tiene conocimiento y que, además, sirvió de inspiración para muchos de los que vinieron más adelante.
Escrito por Pietro d’Abano
El Heptameron es un grimorio que está atribuido a Pietro d’Abano (1259-1316), que fue un médico y profesor italiano que trabajó en Italia.
De hecho, esto hace que se trate de uno de los grimorios más antiguos
que se conserva, ya que la mayoría de libros de hechizos de los que se
tienen constancia datan del siglo XVIII.
Uno de los grimorios más antiguos que se conocen
El
Heptameron tiene elementos que luego aparecen en otros grimorios, lo
que hace sospechar que sirvió de inspiración de estos libros. Algunos
ejemplos serían La Clave Mayor del Rey Salomón o el Lemegetón.
En estos grimorios figuran algunos hechizos muy similares a los que se
pueden encontrar en el Heptameron. De hecho, salvo algunas pequeñas
diferencias en la escritura, se trata de hechizos que habrían sido copiados casi literamente de este libro.
Conjuros para realizar exorcismos
El Heptameron contiene multitud de hechizos, pero algunos de los más numerosos son los destinados a llevar a cabo exorcismos. Un ejemplo es el conjuro para los espíritus de aire,
que está destinado a expulsar de los cuerpos mortales a espíritus
malignos asociados con este elemento. Así mismo, se pueden encontrar
conjuros para exorcizar a poseídos por espíritus de fuego, que están
considerados como unos de los más dañinos para los mortales. Sin duda,
parece que las posesiones era un tema que preocupaba a los antiguos,
aunque hoy sabemos que detrás de estos casos muchas veces se ocultaba la influencia de un ser humano cruel y capaz de abusar del prójimo.
Conjuros para invocar espíritus
Sin
embargo, además de incluir hechizos para llevar a cabo exorcismos,
también contiene hechizos destinados a invocar a algunos espíritus.
Estos hechizos se deben pronunciar dentro de un círculo mágico con diferentes características. De hecho, según las características de dicho círculo, se podrá invocar un espíritu u otro, lo que tiene sentido según los objetivos que el mago quiera llevar a cabo.
Los nombres mágicos
Otra
de las características más interesantes del Heptameron es que contiene
una gran multitud de nombres mágicos. De hecho, contiene los nombres
mágicos de las estaciones del año, los meses, los días y hasta de las horas del día,
lo que resulta interesante cuando se quieren llevar a cabo conjuros que
tengan que tener sus efectos en determinados momentos.
Objetos y artilugios mágicos
Además, el Heptameron también incluye ciertas instrucciones que permiten elaborar artilugios y prendas destinadas al uso de la magia. Por ejemplo, una de las prendas más importantes, cuya fabricación se detalla en este grimorio, es el hábito del exorcista, que deberá ser de lino blanco y ceñido en torno al cuerpo.
El Pentáculo de Salomón
Otra
de las enseñanzas que figura en el Heptameron es cómo realizar el
denominado Pentáculo de Salomón. Este círculo mágico, que incluye una estrella de cinco puntas y diversos nombres hebreos
inscritos en él, constituye el principal escudo protector contra
aquellos espíritus que no obedezcan al mago o al exorcista, lo que hace
que sea de vital importancia a la hora de realizar los conjuros y las
invocaciones si no se quiere terminar siendo poseído por el espíritu en
cuestión.
Un libro cristiano
A
pesar de que el Heptameron es un grimorio, y, como tal, contiene
cantidad de conjuros y hechizos mágicos, se trata de libro destinado al
uso de los cristianos. De hecho, la mayoría de los conjuros y oraciones
que aparecen en él constituyen invocaciones tanto a Dios Padre como a Jesucristo y al Espíritu Santo,
que serían los mediadores que otorgarían su poder al mago o exorcista
para poder llevar a cabo las acciones que pretende. No obstante, se
trata de un libro que constituía una clara herejía, lo que hizo que la Inquisición lo persiguiera y condenase.
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