Hablábamos de la coulrofobia, el miedo irracional que tenemos a los
payasos. Pero sin duda, los muñecos y muñecas también son temidos desde
muchas décadas atrás y son el personaje principal en películas de
terror.
En este caso se trata de la pediofobia o automatonofobia, que es la
fobia a los muñecos de cualquier tipo, no sólo las que parecen
terroríficas o espeluznantes pero sobre todo en las articuladas o los
ventrílocuos.
Pero desde muchos atrás se habla sobre este temor pediofóbico. Sigmund
Freud recordaba en su libro Lo Siniestro, que nos produce intranquilidad
o perturbación aquello que está a medio camino entro lo vivo y lo
muerto, lo animado y lo inanimado. Por eso entre más realista el muñeco,
más terror produce.
¿De donde viene esta fobia?
En tiempos muy remotos, las muñecas poseían un carácter mágico,
espiritual, y se confeccionaban con propósitos diversos, desde
representar la fertilidad hasta acompañar a los fallecidos en sus
tumbas.
A medida que fueron adquiriendo una mayor apariencia humana y atrajeron
la atención de los niños, sus intenciones místicas dieron paso al puro
entretenimiento. Hoy, no obstante, en algunas culturas las muñecas se
siguen utilizando con fines mágicos y ciertas religiones, como el vudú.
Los muñecos de juguete, las estatuas antropomórficas de cera, los
cristos y vírgenes de madera o las figuras de porcelana, provocan el
mayor desasosiego cuanto mayor parecido tienen con nosotros y cuanto más
reales resultan, dando la sensación de que van a echar a andar en
cualquier momento.
Cuando los muñecos han cobrado vida
Existen un sin fin de películas que han ayudado a aumentar el miedo o
inquietud por los muñecos y muñecas, la más sonadas en los últimos años
han sido Annabelle y Chucky, las cuales supuestamente están basadas en
historias reales de casos donde los monos han tomado vida y causado
desgracias.
A la lista se suman los filmes como Saw, Dolly Dearest, La Noche del
Demonio, La Dimensión Desconocida, Al Morir la Noche, así como las
mexicanas, Vacaciones de Terror y El Triángulo Diabólico de las
Bermudas.
Síntomas y tratamientos de la pediofobia
Los síntomas de la pediofobia varían según la persona.
Algunas, al enfrentarse al miedo a las muñecas pueden sudar, sentirse
incómodas o tener náuseas. En el extremo opuesto, otras personas están
tan comprometidas con esta fobia que pueden experimentar ansiedad
paralizante y ataques de pánico.
Cuando el miedo en las muñecas es tan intenso que impide que el afectado
lleve a cabo una vida normal, éste busca atención psicológica. Existen
un gran número de maneras de tratar pediofobia.
Entre estos tratamientos disponibles, resaltan:
-La tradicional terapia de “hablar”, que enseñará al afectado a reconocer y controlar su fobia.
-Hipnoterapia.
-Terapia de exposición.
-Grupos de apoyo con otras personas que están lidiando con esta fobia específica.
En casos graves de pediofobia, medicamentos contra la ansiedad.
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