Las historias sobre gigantes no son exactamente raras, pero este es uno de los pocos donde el gigante tenía dos cabezas.
El
mundo forteano es el epicentro de las historias más extrañas del mundo,
la mayoría de ellos comienzan como atracciones de feria. El empresario y
artista circense estadounidense P.T. Barnum contribuyó mucho a esta
charada, ya que él era conocido por sus habilidades en la taxidermia. Sus
famosas creaciones eran conocidos como garfios, (el resultado de la
taxidermia fraudulenta), ofreciendo criaturas del mundo salidos
directamente de las leyendas y la ficción, conformadas al parchar juntos
los cadáveres conservados de varios animales emergiendo en lo que él
nombraría como los jackalope, dragones, quimeras o incluso unicornios.
Sin
embargo, desde las manos de los coleccionistas de garfio de todo el
mundo este llegó a ser lo que consideramos como probablemente el único
real y también la más intrigante atracción de todas las falsificaciones,
Kap Dwa, el gigante de la Patagonia de dos cabezas.
A
pesar de que media más de 3,5 metros de alto y tenía dos cabezas, Kap
Dwa fue capturado en 1673 por los navegantes españoles y se mantuvo
cautivo en las entrañas del navío.
Los españoles constantemente lo flagelaban y lo golpeaban lo que le
determino a intentar una huida, pero durante la lucha que se produjo lo
mataron con una lanza en el pecho.
Los
siguientes eventos no están claros, pero sus restos momificados fueron
llevados finalmente a Inglaterra en el siglo 19, donde paso por varias
atracciones de fenómenos de circo, terminando en el muelle Birnbeck de
Weston en 1914.
Después
de ser mostrado por los próximos 45 años en el norte de Somerset,
Inglaterra, el viejo Kap Dwa fue adquirido por Thomas Howard en 1959, y
después de unos cuantos traspasos él finalmente terminó en Baltimore,
EE.UU.. Hoy en día, todavía se puede encontrar entre la colección de
rarezas en el The Antique Man Ltd. en Baltimore, propiedad de Robert Gerber y su esposa.
Gerber
ofrece un pasado un tanto diferente del gigante, aunque al final sigue
siendo el mismo evento trágico. El cadáver del único Homo giganticus fue
encontrado en una playa, con una lanza clavada en el pecho y no hay
nada seguro acerca de su agresor. Su cuerpo fue momificado más tarde e
incluso adorado por algunos locales en Paraguay que formaban una especie
de religión basada en sus restos.
Los
increíbles rumores sobre Kap Dwa llegaron al viejo mundo alcanzando al
capitán George Bickle del navío Inglés Olive Branch, incitando a Bickle
ha reclamar los restos del gigante, pero eso no fue una tarea fácil.
Según Gerber, Kap Dwa fue llevado a Inglaterra, terminando en el museo
Blackpool, donde permaneció durante los próximos años. Sólo entonces fue
su cuerpo finalmente embarcado en el viaje de regreso a Baltimore,
Maryland.
El
hombre más alto registrado oficialmente fue Robert Wadlow (1918-1940),
que media 2,72 m (8 ft 11 in) de alto, y los escépticos consideran
altamente improbable que Kap Dwa sea real, aunque es físicamente posible
para un hombre alcanzar el tamaño del legendario gigante. En cuanto a
sus dos cabezas, si realmente tenía dos cabezas en un principio, los
siameses no son exactamente infrecuentes, especialmente en aquellos
días.
Los
que han visto al gigante de cerca afirman de que no hay junturas o
costuras visibles y el único trozo de cuerda era la de su taparrabos,
concluyendo que no se había realizado fraudulenta taxidermia en la
exhibición inusual.
Las
historias contradictorias pueden ser simplemente el producto de la
promoción natural de una rareza durante tantos años de visualización de
la atracción.
No
obstante, Kap Dwa no era el único gigante que llego ha ser mencionado
en anécdotas del siglo 17. El capitán holandés Sebalt de Weert
(1567-1603) describió un incidente en el que él y su tripulación fue
testigo de miembros pertenecientes a una raza de gigantes. Al pasar por
el estrecho de Magallanes, de Weert vio siete inusualmente grandes botes
de remos amenazantes que se acercaban a sus navíos. Los barcos fueron
supuestamente tripulados por gigantes desnudos con la piel de color
marrón rojizo y el pelo largo, de color rojo. Su postura y
comportamiento eran agresivos, determinando a de Weert a alejarse de
ellos.
También
hay varios documentos desde el mismo período de tiempo en el que consta
la existencia de gigantes. Uno de estos escritos es el Códice Ríos,
también conocido como Códice Vaticano A. Este manuscrito es la
traducción italiana del siglo 16 de un documento más antiguo escrito
durante la época de la colonia española. La escritura ofrece una
intrigante ilustración de página completa de varios guerreros aztecas
venciendo y ejecutando a un hombre gigantesco. Las anotaciones
proporcionan el nombre del gigante - Quinametzin, que se traduce como
Uno de los Antiguos.
Este
relato y muchos otros apoyan la teoría de que los continentes
americanos fueron una vez el hogar de una antigua raza de gigantes de
pelo rojo. La leyenda cuenta que los gigantes vinieron de una isla
lejana, cruzando el océano en balsas cuando un cataclismo destruyó su
tierra natal.
Recreación artística de como fueron estos seres, basados en los restos encontrados en la Antártida
Corey Goode, el confidente del programa televisivo de Gaia.com,
divulgación cósmica, ha revelado en una entrevista con David Wilcock el
descubrimiento gran cantidad de restos de cuerpos, objetos,
construcciones…etc… de una civilización de origen extraterrestre en la
antártida, se trata de los Hiperbóreos. En lo sucesivo habrá una
revelación de estos hallazgos que dará paso a toda la divulgación de
antiguas civilizaciones y de la vida extraterrestre.
Según
Corey Goode los Hiperbóreos pertenecieron a una edad dorada hace entre
55000 a 65000 A.D, se dice que algunos de ellos median unos 3 metros y
podían vivir 1000 años o más, incluso se dice que eran inmortales y no
tenían enfermedades.
Mapa de Hiperbórea hoy tapado por kilómetros de espesa nieve y hielo
La civilización Hiperbórea floreció en la parte más alta del planeta, (zona septentrional), se cuenta que el sol en aquel lugar duraba 24 horas, que el idioma era similar al sánscrito de la india, que florecía grandes árboles y hermosas frutas y verduras. No había hielo,
todo era un vergel de vida, muy frondoso y exuberante como una selva, y
sus habitantes convivían en armonía entre ellos y con la naturaleza.
“Era el paraíso en la tierra”.
Se
baraja la hipótesis que Hiperbórea sea en realidad la tan famosa
Atlántida, el jardín del edén, pero esto no está aún confirmado. Fue la
primera civilización en nuestro planeta, los hiperbóreos tenían largos
cráneos, la primera visita que el ser humano hizo a la Atlántida fue en
1820. Corey Goode dice que son anteriores a los seres de Adam y les
llama pre-adamitas.
Las investigaciones que se están llevando a cabo demuestra que esta civilización murió de repente, de forma fulminante y espontánea según
declaraciones de Corey Goode debido a un gran cataclismo en la tierra
que hizo girar bruscamente su eje en poquísimo tiempo dando lugar a una
congelación muy rápida y consecuentemente muriendo todos ellos
congelados, sin apenas tiempo para reaccionar, todo el entorno:
ciudades, objetos, grandes árboles, animales quedaron congelados y
sepultados por una enorme cantidad de nieve y hielo.
Miles
de años después es descubierto debido a la descongelación constante de
la zona, pero todo esto está siendo ocultado a la opinión pública por
las élites por alguna razón que desconocemos. Corey Goode señala que
esta inclinación del eje terrestre se podía deber a una guerra nuclear
entre otras causas.
Según mis informaciones el eje de nuestro planeta quizás se inclinó porque era el fin de un ciclo de inversión polar en ese momento, también el choque o el paso cercano de grandes meteoritos,
así como otros eventos cósmicos en nuestro sistema solar y galaxia
podrían también provocar esta inclinación, ¿Cuál de todas las anteriores
fue la causa real de la inclinación y posterior desaparición de esta
civilización? O bien ¿Fueron varias las causas?
Brien Foester (foto inferior) es científico Multi-disciplinar,
estudio Biología, Matemática y Física en la Universidad de Victoria en
Canada por tanto estamos ante alguien formado y sabe lo que hace y dice,
los cráneos alargados de Perú son bastante semejantes a los cuerpos
encontrados en la Antártida segun Corey Goode y su informante Sigmund.
Brien Foester examinando uno de los cráneos encontrados en Paracas, Perú
Brien Foester declara lo siguiente: Tenía
ADN con mutaciones desconocidas a cualquier ser humano, primate, o
animal conocido hasta ahora. A los pocos fragmentos que pude secuenciar
el ADN de esta muestra indican que se trata de una nueva criatura
similar a la humana aunque muy distante de Homo Sapiens, de los
neandertales y homínidos. Las repercusiones son enormes. Es decir su ADN es diferente y por tanto no es humano.
Vídeo
de la entrevista de David Wilcock a Corey Goode sobre la civilización
encontrada bajo el hielo de la Antártida, editado por Francis Bacon.
Interesante Vídeo de Mundo Desconocido sobre las pruebas de los cráneos de Paracas
Los
pantanos del norte de Europa albergan miles de cadáveres de hace más de
2.000 años que se conservan en perfecto estado. Y todos comparten una
característica: fueron asesinados
El 6 de mayo de 1950, los hermanos Viggo y Emil Højgaard se dirigieron a una ciénaga próxima a su pueblo, la pequeña villa de Tollund,
en Dinamarca, para cortar turba. En medio de la faena descubrieron un
cadáver enterrado en el pantano. El cuerpo estaba en perfecto estado de
conservación. Su barba de tres días, sus pestañas y las arrugas de su
piel eran visibles a simple vista y llevaba una gorra de piel en la
cabeza. Los hermanos daneses pensaron que el hombre había sido asesinado
y llamaron a la policía de Silkeborg. Pero el crimen no era tan
reciente como parecía.
“Durante siglos se ha extraído turba de los
tremedales daneses como combustible para los hogares, para proteger del
frío invernal y preparar la comida. Y, durante todo ese tiempo,
personas bien conservadas y de color oscuro han aparecido
inesperadamente entre las capas de la turba, para sorpresa, susto o
asombro de los excavadores” escribe el arqueólogo danés Peter Vilhelm Glob (1911-1985) en La gente de la ciénaga
(Marbot), la obra cumbre sobre estos misteriosos cadáveres, publicada
originalmente en 1965 pero editada por primera vez en castellano en
2012.
Los
policías de Silkeborg, conscientes de que el cadáver hallado en Tollund
era probablemente un resto arqueológico, llamaron a Glob, que en unas
horas se presentó en la turbera para analizar el cuerpo in situ.
Aunque
desde el siglo XVIII hay registros del hallazgo de este tipo de
cadáveres en las turberas –y no sólo en Dinamarca, también en Holanda o
las Islas Británicas–, el hombre de Tollund era un caso
único. Lo normal era que los granjeros se pasaran los cuerpos de unos a
otros y, en el mejor de los casos, avisaran a las autoridades pasadas
semanas. En muchos otros, sencillamente, volvían a enterrar el cuerpo en
el pantano.
El arqueólogo decidió llevarse el cuerpo al Museo de Silkeborg,
para examinarlo en detalle, envuelto en la turba, tal como se lo había
encontrado. Trasladarlo no fue fácil y, casualidades del destino, uno de
los operarios falleció tras sufrir un infarto mientras trasportaba el
cuerpo. La muerte afectó mucho a Glob, que en su libro llegó a escribir
que “la turbera exigía vida por vida, un nuevo ser humano a cambio del
hombre de la Antigüedad”.
Dos denominadores comunes
Tras examinar el cadáver, Glob concluyó que el hombre de Tollund había vivido durante el siglo III a.C,
en la Edad de Hierro prerromana –una datación que fue confirmada
después mediante el análisis de carbono-14–. Durante más de 2.000 años
su cuerpo había permanecido intacto y tal como fue arrojado a la
ciénaga: estaba desnudo y sólo llevaba un cinturón y un gorro de cuero.
Como sospecharon los hermanos Højgaard, había sido asesinado y
conservaba, incluso, la cuerda atada a su cuello con la que fue
ejecutado.
“Aunque las vértebras cervicales no parecían dañadas,
los forenses y los médicos que participaron en la investigación
compartían la opinión de que no había sido estrangulado, sino colgado”,
detalla Glob en su libro. Esta circunstancia, en cualquier caso, no
sorprendió al arqueólogo. La muerte violenta era un denominador común de todos los cadáveres hallados con anterioridad en las turberas. Hay
niños, mujeres, nobles, campesinos… Pero todos ellos comparten dos
características: un excelente estado de conservación y una muerte
violenta
Cuando el arqueólogo editó su libro, en los años
60, sólo en Dinamarca se tenía constancia de la aparición de 166
cadáveres de este tipo, la mayoría datados entre el año 400 a.C y el 500
d.C. Y el científico alemán Alfred Dieck asegura que en toda
Europa se han hallado más de 1860 momias, aunque menos de 200 han podido
estudiarse. Los cuerpos son de todo tipo. Hay niños, mujeres, nobles,
campesinos… Pero todos ellos comparten dos características: un excelente
estado de conservación y una muerte violenta.
La primera incógnita se resolvió hace años. Las turberas están repletas de una molécula llamada sphagnan
–un polímero similar a la pecticina– que desprende el musgo de la
ciénaga en descomposición. Este compuesto reacciona con las encimas que
segregan las bacterias putrefactas y evita que los microbios
descompongan la materia orgánica; a su vez,
lixivia el calcio de los huesos, lo que hace que estos permanezcan
flexibles como una goma o se disuelvan por completo. El musgo de turbera
contiene además ácidos húmicos, que extraen el agua de los tejidos
blandos. La piel de los cadáveres se impregna entonces del lodo del
pantano. Es por ello que hasta los cuerpos mejor conservados parecen una
especie de Golem, elaborado con barro y cuero.
La segunda
incógnita, por el contrario, permanece sin respuesta. La mayoría de los
cuerpos encontrados muestran signos de haber sido asesinados
de forma violenta, ya sea ahogados, acuchillados o decapitados. Además,
no fueron enterrados como era costumbre en la época, en la que se
incineraba a los muertos y su ceniza se depositaba en una urna o bolsa
de tela. Algunas momias de las turberas se encuentran incluso fijadas al
suelo con un gancho.
¿Ejecución sumaria?
Hay
varias teorías para explicar los asesinatos. La única referencia
histórica al respecto de este tipo de enterramientos se encuentra en Germania,
la principal narración sobre los usos y costumbres de los pueblos
bárbaros del norte de Europa, escrita por el historiador romano Cornelio Tácito en torno al año 98 d.C.
Tácito comenta en un pasaje del libro que los pueblos prerromanos variaban las penas de sus criminales
en función de los delitos cometidos: “A los traidores y a los que se
pasan al enemigo los ahorcan de un árbol, y a los cobardes e inútiles
para la guerra y a los infames que usan mal su cuerpo los ahogan en una
laguna cenagosa, echándoles encima un zarzo de mimbres”. El historiador
puntualiza que este enterramiento punitivo está reservado a los
adulteros y otras personas condenadas por “actos vergonzosos” como
“cobardes, vagos y sodomitas”. El
único papel de las personas discapacitadas era servir de profetas o
adivinos, y si sus pronósticos no eran acertados podían acabar
acuchillados
Algunas de las momias halladas en las turberas responden a la descripción del legendario historiador romano. Es el caso del niño de Kayhausen,
que fue encontrado por un cortador de turba alemán en 1922. El joven,
de 7 u 8 años, había sido apuñalado de forma repetida en la garganta. Su
brazo izquierdo presentaba un corte, una señal clara de que trató de
defenderse. Sus agresores le ataron de pies y manos y cubrieron su
cuerpo con una capa de piel de becerro, probablemente para transportarlo
cómodamente a la ciénaga.
Los rayos X revelaron
que el niño tenía infectada una rótula, lo que le habría impedido andar
sin ayuda. Tenía además unas líneas de Harris en su tibia izquierda, un
indicativo de desórdenes del crecimiento o desnutrición.
El niño, a la vista está, debía ser discapacitado, algo nada agradable en la Edad de Hierro. Como explica el antropólogo Timothy Taylor en su libro The Buried Soul
(Fourth Estate), las gentes de esta época creían que las personas con
discapacidad tenían poderes especiales. Su único papel en la sociedad
era servir de profetas o adivinos, y si sus pronósticos no eran
acertados podían acabar acuchillados.
Otro caso paradigmático es el de la niña de Yde, que
fue hallada por unos cortadores de turba holandeses en 1897. Los
campesinos salieron despavoridos al ver el cuerpo, pues el pelo rojizo
de la niña estaba tan bien conservado que creían haber visto al diablo.
Los
arqueólogos del museo de Drents, al que fue trasladado el cadáver,
descubrieron que en realidad la niña era rubia –los taninos presentes en
la turbera habían coloreado su cabello con un rojo intenso–, tenía
aproximadamente 16 años y había sido estrangulada con un cinturón de lana y apuñalada por encima de la clavícula izquierda.
Una tomografía computarizada reveló que niña había sufrido escoliosis,
una curvatura anormal de la espalda y además tenía los pies hinchados y
torcidos hacia adentro. Probablemente cojeara, aunque no es seguro que
en este caso la discapacidad estuviera detrás del asesinato. La joven
tenía afeitado todo un lado de su cabellera, que conservaba su longitud
hasta el pecho en el otro lado. En estos tiempos esto era una marca de
oprobio reservada a las mujeres adúlteras, lo que implica que la muchacha podría haber sido ejecutada por cometer una infidelidad.
¿Sacrificio ritual?
Aunque
es probable que muchos de los cadáveres encontrados en las turberas
fueran de personas ejecutadas por cometer un delito o considerarse
inservibles, hay momias cuyas características sugieren una explicación
complementaria al fenómeno.
Es el caso del hombre de Croghan, encontrado en 2003 por un operario irlandés, Kevin Barry, que realizaba trabajos de acondicionamiento en una turbera de Irlanda y halló el cuerpo en la pala de su excavadora.
El
hombre debió vivir entre los siglos IV y II a.C y su muerte, a los 20
años, había sido especialmente violenta: le habían apuñalado en el pecho
hasta la muerte, le habían destripado y, después, decapitado, no sin
antes arrancarle los pezones. Aunque sólo se conserva su torso, los
investigadores creen que debía tratarse de una persona especialmente
alta y corpulenta para la época –medía un metro con noventa– y debía
tener una posición acomodada: sus uñas estaban
cuidadas, sus manos nunca habían trabajado y su última comida había
estado compuesta por cereales y suero de leche, alimentos reservados a
las clases pudientes.
El historiador Eamonn Kelly,
investigador del Museo Nacional de Irlanda (donde está expuesto el
cadáver), cree que el hombre de Croghan debió ser un rey caído en
desgracia, o un prisionero de alta alcurnia, que fue sacrificado como
ofrenda a la diosa de la fertilidad. La rebanación de los pezones era un
rito medieval de sumisión que, según Kelly, explicaría la derrota del
aristócrata. Según se desprende de la mitología irlandesa, los reyes,
considerados mediadores entre el mundo sobrenatural y el terrenal, eran
sacrificados en un rito que incluía una combinación de tres formas de
muerte, lo que concuerda con el intrincado asesinato del hombre de
Croghan.
Glob cree que muchos de los hombres encontrados en las
turberas fueron víctimas de sacrificios rituales: “Resulta patente que
la deposición de estos cuerpos no guarda relación alguna con las costumbres funerarias normales,
sino que en muchos de sus rasgos coincide con otros hallazgos de
ofrendas realizadas en turberas. También encontramos ropas y trenzas de
mujer, carros y arados, objetos todos ellos depositados por campesinos o
nobles según su calidad”.
En opinión del arqueólogo estas
ofrendas formaban parte de ciertos ritos a los que Tácito también hacia
referencia en su libro: “En una época fija se reúnen a través de
embajadas las tribus de igual denominación y de la misma sangre en una
selva consagrada por los augurios de los antepasados y por un miedo
arraigado, e, inmolando oficialmente a un hombre, celebran los horribles
preámbulos de su bárbaro rito”. Un rito que, gracias a las propiedades químicas de las turberas, ha llegado intacto a nuestros días.
Oímos la palabra “anticristo” y nuestras mentes se trasladan a un
sinfín de películas y series de televisión en la que un ser malvado se
aparece para conducir a la humanidad a la perdición mediante la negación
de Cristo y en medio de terribles sufrimientos. Sin embargo, esta
visión poco o nada tiene que ver con la tradición bíblica. Acompáñanos a averiguar quién es el Anticristo y si está relacionado con el diablo.
Quién es el Anticristo
La
figura del anticristo es, según la definición de la teología y la
escatología cristianas, la que cumple con las profecías bíblicas y es
todo lo contrario a Cristo, su antagonista. En griego “Cristo” significa
“ungido” o “mesías” y “anti-” quiere decir “opuesto” o “sustituto” por
lo que el “anticristo” es “aquel que sustituye o se opone a Cristo”. Sin
embargo y a pesar de ser una palabra que nos parece íntimamente ligada
al relato bíblico, no aparece hasta que la crea el apóstol Juan. Para el
Evangelista, quién es el anticristo queda definido así:
“¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.”
En
la Biblia únicamente aparece mencionado el anticristo 5 veces y siempre
en el Nuevo Testamento. Fue durante la Edad Media que se desarrolló el
concepto de la manera en que lo conocemos ahora y se lo relacionó con el
diablo.
A
pesar que tanto en la epístola de Pablo a los Tesalonicenses como en el
Apocalipsis se dice claramente que, aunque ambas figuras están
asociadas, no son la misma entidad, en el medievo no pudieron resistirse
a comparar la figura de Cristo y la del anticristo y realizar
paralelismos. Si Jesús era el hijo de Dios y nació a través de una
virgen, el anticristo sería el hijo del diablo y nacería de una
prostituta. Esta idea no es aceptada de ninguna manera por el
cristianismo actual, pero es muy llamativa para la creación de ficción,
ya sean novelas o películas.
Historia del anticristo
La historia del anticristo
dentro del cristianismo se remonta a la tradición judía y a la Biblia
hebrea. En el Libro de Daniel hay una profecía que menciona a un
“perseguidor final” que según el profeta: “proferirá palabras contra el
Altísimo y pondrá a prueba a los santos del Altísimo. Tratará de cambiar
los tiempos y la ley, y los santos serán entregados en sus manos por un
tiempo y tiempos y medio tiempo.” (Daniel, 7:25) Según los eruditos,
Daniel hablaba de una persona en concreto: Antíoco IV Epífanes, pero
como no da su nombre, a lo largo de la historia se ha relacionado con
todo aquel que perseguía a judíos o a cristianos y finalmente con el
anticristo.
Como en los textos bíblicos no quedaba claro quién es el anticristo, un autor de la Edad Media llamado Adso de Montier-en-Der, que vivió en el siglo X, escribió sobre él y más tarde, en el siglo XIII, su visión fue completada por Hugh Ripelin en su obra “Compendium theologicae veritatis”.
Cómo vendrá el anticristo
Para los autores medievales saber cómo vendrá el anticristo
era fácil. Por el paralelismo ya mencionado con la figura de Cristo, de
la que es antagonista, nacerá de una ramera por obra de un espíritu
diabólico.
Este anticristo será según
la Revelación a Juan plasmada en el Apocalipsis, “la Bestia del Abismo”
(11:7) y también “la Bestia del Mar” (13:1). También es según Pablo en
la II Carta a los Tesalonicenses 2:1-12 “hombre de pecado” e “hijo de perdición”.
Anticristo: características
Según los autores medievales, una de las características del anticristo básicas
será el estar “lleno del diablo” desde su concepción. Será judío como
Jesucristo, pero procederá de la tribu de Dan, uno de los hijos de
Jacob, y en lugar de nacer en Belén lo hará en Babilonia. Se manifestará
a los 30 años como Cristo y aparentará obrar señales y milagros como
éste, pero tan solo serán trucos. Se sentará en el templo, engañará a la
gente con sus “maravillas” y provocará un momento de apostasía
generalizada en el que proclamará que es Dios mismo. El reino del
anticristo durará tres años y medio, pero finalmente será vencido por
Cristo. Muchos teólogos medievales identificaban y relacionaban a
“anticristos” y “antecesores del anticristo” con gobernantes de la
época, Papas o con herejes que supuestamente actuaban contra el
cristianismo.
Si quieres saber más sobre el Anticristo y las características que se suponía tenía en épocas pretéritas, te invitamos a leer el post: Símbolos ocultos en La predicación del Anticristo de Signorelli que analiza la obra de este pintor que puedes ver aquí debajo.
En algunas películas hemos visto que una de las características del anticristo es estar marcado con el número 666.
La relación del número 666, o según algunos autores 616, viene del
texto de Juan en el Apocalipsis (13:18) que relaciona ese número con la
“Bestia” y como hemos visto, la “Bestia” es según muchos autores el
anticristo.
“El que tiene entendimiento, cuente el
número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es
seiscientos sesenta y seis.”
Anticristo de Nietzsche
El Anticristo de Nietzche
es una de la obras de este filósofo escrita en 1888. No hace referencia
a un personaje concreto que sea el anticristo, sino que es una crítica
al cristianismo al que considera origen de conceptos como democracia o
igualitarismo y del que denuncia la falsedad en cuanto impide la
libertad espiritual del hombre.
Anticristo película (Película del anticristo)
La primera película del anticristo que se hizo famosa fue “El Bebé de Rosemary” (o “La semilla del diablo”) basada en la novela de Ira Levin. Tras este film, la saga de “La profecía” o “El fin de los días” cosecharon un gran éxito.
Esperamos que este post te haya interesado y hayas profundizado un poco más sobre quién es el anticristo. ¿Conoces más datos interesantes sobre quién es el anticristo? ¡Compártelos con nosotros!
Artículo
publicado en la prensa en 1909 revela que exploradores hallaron un
túnel que se extendía por algo más de 1600 metros bajo tierra con
habitaciones y pasadizos donde se habrían hallado momias, armas y
artefactos misteriosos.
Aprincipios
del siglo XX la casualidad llevó a unos exploradores a las puertas de
la ciudad subterránea, supuestamente, de gigantes más conocida en
aquellos tiempos. Fue un descubrimiento asombroso y la prensa no tardó
en hacerse eco.
Según un artículo publicado en La Gazeta de Arizona el 5 de abril de 1909, el Gran Cañón fue
el hogar de una civilización en la que vivieron personas de
proporciones ciclópeas. Una civilización que sólo nos dejó unas
estructuras como testimonio de su existencia.
Artículo de la Gazeta de Arizona.
El artículo menciona el descubrimiento de una enorme ciudadela subterránea por un explorador llamado GE Kinkaid, que la encontró accidentalmente mientras hacía rafting en el río Colorado.
Cabe mencionar que Kinkaid fue un arqueólogo reconocido y contaba con el apoyo financiero del Instituto Smithsonian.
Según
sus descripciones la entrada a esta misteriosa ciudad se encontraba al
final de un túnel que se extendía por algo más de 1600 metros bajo
tierra.
A
Kinkaid le impresionó que la caverna fuera casi inaccesible. La entrada
estaba a unos 450 metros bajo la pared del escarpado cañón. El lugar se
encontraba en una zona protegida por el gobierno y el acceso estaba
penalizado bajo multa.
“Por
encima de un estante que no se veía desde el río, estaba la entrada de
la cueva. Cuando vi las marcas de cincel en la pared en el interior de
la entrada, me interesé, conseguí mi arma y entré.”, dijo Kinkaid.
La arquitectura hallada sugirió que los constructores de aquella ciudad subterránea poseían habilidades de ingeniería avanzada.
Túnel, por donde, supuestamente, se ingresa a la cuidad subterránea.
El
eje central de la ciudad subterránea lo conformaba una cámara
gigantesca de la que irradiaban pasadizos de forma similar a los radios
de una rueda. Las paredes de la cámara principal estaban adornadas con
armas de cobre y tablillas cubiertas de símbolos y
jeroglíficos muy parecidos a los de Egipto. Otro hallazgo interesante
son las decenas de cuerpos momificados en el interior de la ciudadela.
Ninguna de las momias encontradas medían menos de 2,74 metros y todas se
encontraban envueltas en tejido de lino oscuro. Kinkaid dijo que había
realizado fotografías de una de ellas con una linterna, sin embargo,
ninguna de esas fotos fueron encontradas.
A
más de 30 metros de la entrada se encuentra una sala con planta en
forma de cruz con varias decenas de metros de largo y en la que se
encontró un ídolo del que pudo ser el dios principal de su sistema
religioso. Se encontraba sentado con las piernas cruzadas y con una flor
de loto o lirio en cada mano. Su rostro tenía características
orientales así como la talla de la caverna. Este ídolo tenía cierta
semejanza a Buda, aunque los científicos de la época no terminaban de
asegurar que representaba aquel culto religioso.
El
artículo también nos habla del descubrimiento de cerámica y otros
artefactos con marcas de haber sido fabricados en otras partes del
mundo. Tal vez una rara mezcla de culturas que escasamente se da en los
hallazgos arqueológicos, por lo que este descubrimiento tendría una
importancia sin precedentes.
Una imagen de un supuesto Buda similar a este también fue hallado.
La última cámara que encontraron en la exploración era lo que creían Kinkaid y su socio el Profesor SA Jordan, una cripta ceremonial, la cual se encontraba en el extremo de la gran sala donde encontraron las momias.
Lamentablemente
el artículo no da muchos más detalles sobre este descubrimiento.
Tampoco se encuentran versiones ni otras menciones oficiales sobre esta
enigmática ciudad subterránea. El Instituto Smithsonian niega tener conocimientos de la existencia esta ciudad subterránea.
Por
el momento esto sólo es una historia que permanece envuelta en
numerosas teorías de la conspiración. ¿Estamos frente a una fantasía
periodística o quizás han tratado de ocultar una evidencia más de los
antiguas humanidades que habitaron en nuestro planeta?