Existen
repartidos por todo el planeta, relatos de seres anfibios que, según
los mitos, instruyeron a la humanidad en una época remota sobre diversas
disciplinas como agricultura, astronomía, medicina, arquitectura, etc.
Oannes
Oannes
Beroso/Berosus, sacerdote e historiador caldeo del siglo III AEC, redactó en griego su Babyloniaca (c. 280 BC), una
obra acerca de la historia de Babilonia. En ella cuenta sobre un
personaje llamado Oannes, un ser mítico que enseñó la sabiduría a la
Humanidad.
Oannes
habría sido el primero y el más sabio entre los “Annedoti” (o Apkallu),
criaturas anfibias míticas, representadas en los relieves babilónicos
como seres con el cuerpo de pez, pero que por debajo tenían la figura
de un hombre.
Según
el relato de Berosus, Oannes, enviado por Ea/Enki, surgía de las aguas
del Golfo Pérsico cada mañana para instruir a la Humanidad enseñando a
los hombres la escritura, las artes y las ciencias, mucho antes del Gran Diluvio.
Alejandro Polyhístor (100 AEC – 40 AEC), fue un erudito griego que reprodujo los escritos de Berossus sobre la obra de Oannes:
“Beroso,
en su libro primero sobre la historia de Babilonia, nos informa que
vivió en la epoca de Alejandro, el hijo de Filipo y cita que se
conservaban con el mayor cuidado en Babilonia documentos escritos, que
abarcaban un periodo de quince miriadas de años. Estos escritos
contenían la historia de los cielos y del mar: del nacimiento de la
humanidad…
En
aquellos tiempos, había en Babilonia una gran cantidad de personas de
distintas naciones, que habitaban Caldea y vivían sin orden ni
concierto, como las bestias de campo. En
el primer año, de la parte del Golfo Pérsico que bordea a Babilonia,
apareció un animal dotado de razón llamado Oannes. Su cuerpo era como el
de un pez, tenía una cabeza humana y arriba otra de pez, y asimismo,
más allá de la cola de pez, se extendían sus pies humanos. También su
voz era humana.
La
bestia pasaba el día entero con los humanos pero no ingería comida
alguna. Le brindó a los hombres el conocimiento de las letras y las
ciencias y técnicas de todo tipo. También les enseñó como fundar
ciudades, establecer templos, legislar leyes y medir la tierra.
Asimismo, les reveló la siembra y la cosecha de frutas, y en suma, les
develó todo lo que involucra la vida civilizada.
Desde
aquel entonces, tan universales fueron sus enseñanzas, que nada se ha
necesitado añadirles para mejorarlas. Cuando el Sol se ponía, la bestia
volvía al mar para pasar las noches en las profundidades, dado que era
un ser anfibio. Con el tiempo, otras bestias aparecieron.
Apollodorus (180 AEC – 119 AEC), gramático, historiador y mitógrafo griego, también se refirió a la historia contada por Beroso:
“Esta es la historia que Beroso nos ha transmitido: Nos dice que el primer rey fue Alorus de Babilonia, un caldeo: reinó diez saros y después Alaparus y Amelonque vino de Pantibiblon; luego Ammenon el Caldeo, en cuyo tiempo apareció el Musarus Oannes, el Annedotus del Golfo Pérsico.
Luego sucedió Megalarus, de la ciudad de Pantibiblon y reinó dieciocho saros y tras él Daonus, el pastor, de Pantibiblon y reinó diez saros; en su tiempo (dice él) apareció de nuevo en el Golfo Pérsico, un cuarto Annedotus, que tenía la misma forma que los anteriores, la de un pez mezclada con la de un hombre.
Luego Euedoreschus reinó desde la ciudad de Pantibiblon por un periodo de dieciocho saros. En su época apareció otro personaje cuyo nombre era Oadacon, del Golfo Pérsico, como el anterior, con la misma forma complicada, entre pez y hombre.
Luego reinó Amenpdinus, un caldeo de Laranchae y el, siendo el octavo en el orden gobernó diez saros. Luego reinó Otiertes, un caldeo de Laranchae y gobernó durante ocho saros. A la muerte de Otiartes, su hijo Xisuthrus, reinó dieciocho saros. En su época sucedió el Diluvio Universal..”
Por su parte, Abydenus, célebre historiador griego autor de “Historia de los Caldeanos y Asirios, narra:
“Cuanto concierne a la sabiduría de los caldeos, se dice que el primer rey de este país fue Alorus, que promulgó un informe diciendo que estaba designado por Dios para ser el pastor del pueblo: reinó diez saros.
Después de él, Alaparus reinó tres saros; le sucedió Amillarus, de la ciudad de Pantibiblion, que reinó trece saros; en este tiempo, un semidemonio llamado Annedotus, muy parecido a Oannes, apareció del mar por segunda vez.
Después de él reinó Ammenon doce saros que era de la ciudad de Pantibiblon: luego Megalarus, del mismo lugar, dieciocho saros; luego Daos, el pastor, gobernó por espacio de diez saros – era de Pantibiblon – en
su tiempo pasaron del mar al suelo cuatro personajes de doble forma,
cuyos nombres fueron Euedocus, Eneugamus, Eneuboulos y Anementus.
Después de estas cosas estuvo Anodaphus, en el tiempo de Euedoreschus. Hubo luego otros reyes y el último de todos Sisithrus (Xisuthrus). De modo que en total el numero ascendió a diez reyes y la duración de sus reinados a 120 saros”
De acuerdo a los relatos épicos del dios Erra, terminado su trabajo, los Apkallu retornaron al Apsu, “El Reino de las aguas profundas”, y nunca más fueron vistos.
Los Apkallu
Dos
Apkallu junto al “Arbol de la vida”. (Imagen “Dioses de pescado en
árbol de la vida, Asiria, c. 700 aC.” Joseph Campbell “Las máscaras de
Dios”)
Apkallu
(en acadio), o Abgal (en sumerio: Ab=agua, gal=grande) son “Siete
Sabios”, seres mitológicos con poderes sobrenaturales que según la
tradición sumeria habrían sido creados por el dios Enki (Ea en acadio)
para civilizar a la humanidad mediante la enseñanza de los Me (conjunto
de conocimientos, técnicas y códigos), la artesanía y las secretas artes
de la magia. Ellos sirvieron como sacerdotes de Enki y como consejeros o
sabios a los primeros “reyes” o gobernantes de Sumer antes del diluvio.
En los registros de Uruk se menciona que “… los siete sabios Apkallu vivieron en los tiempos previos al Diluvio.”
Un himno sumerio declara que “… los siete Apkallu vinieron de Eridú, la ciudad de Ea/Enki, cuyos dominios son el abismo de agua dulce.”
En la “Epopeya de Gilgamesh” se menciona que los siete sabios habrían sido quienes construyeron la gran muralla de Uruk.
Según la tabla de Uruk W 20030,7, los nombres de los siete sabios antediluvianos son: U͗an, U͗anduga, Enmeduga, Enmegalamma, Enmebulugga, Anenlilda, y Utu ͗abzu.
Los
Apkallu provenían del Apsu (el abismo de agua dulce, y en algunos
textos como metáfora para Eridú), y en la iconografía mesopotámica eran
representados de tres formas: con figura humana “ūmu-apkallu” (a veces alados); como hombre-pez apkallu; y como apkallu alado con cabeza de buitre.
La
tradición mesopotámica ha asimilado a Adapa, “el Sabio”, el hombre
prototípico creado por Enki como modelo de la humanidad, con Uan (Oannes
en griego), lo que consta en numerosos registros.
Stephanie Dalley, en su “Glosario de Dioses … Adapa.”, P. 317 ( Oxford University Press 1991) menciona que: “Adapa,
hijo de Ea/Enki, sacerdote en Eridu. También conocido como Uan
(Oannes), el primero de los Siete Sabios, que llevó las artes y las
habilidades a la humanidad.”
Una inscripción autoreferencial del rey asirio Senaquerib dice: “Ea … me dotó de gran entendimiento, tal como el de Adapa el Apkallu (šuna-at apkalli A-da-pá)”(Luckenbill, The Annals of Sennacherib).
Un texto en el que Asurbanipal se jacta orgullosamente de su ilustre Biblioteca: «Yo, Asurbanipal, rey de Asiria y de toda Mesopotamia … yo me precio de esta Biblioteca, la más extensa que vieron los tiempos. Poseo
los sofisticados conocimientos de Adapa, sabio entre los Siete Sabios:
el antiguo y preciado secreto de todas las artes de la escritura… » (Smith, Babylonian Historical Texts, 76).
En
algunos textos se ha identificado a “Adapa” con “Alulim” de Eridu, el
primer rey sumerio que gobernó durante “28.800 años”, según consta en la
“Lista Real”. Con el tiempo, el término “Adapa”, fue considerado como sinónimo de “sabio”.
Enki (En= Señor, ki = tierra) es un dios en la mitología sumeria,
más tarde conocido como Ea (E = “templo” o “casa” y A = “agua”) en las
mitologías acadia y babilónica. Se le asocia con el mundo acuático, y
gobierna en el Apsu, un lugar situado en las profundidades de la tierra
donde fluyen “las aguas primordiales”. Enki Nudimmud (uno de sus
epítetos más usados, algo así como “hacedor”) es el dios de la
sabiduría, señor de la construcción, las artes, el diseño y la creación.
Tradición Maya
Le Plongeon indicó el parecido entre el nombre del dios Oannes y la palabra maya oaana, que significa «el que tiene su residencia en el agua».
El libro Popol Vuh, la Biblia del pueblo Maya Quiché, tiene asimismo referencias a estos seres del agua:
“Principal Guacamayo tenía dos hijos: Sabio Pez-Tierra era el primer hijo. Gigante de la Tierra, el segundo hijo.”
“Al quinto día se mostraron, pues, de nuevo, y fueron vistos en el agua por los hombres. Semejantes a dos Hombres-Peces aparecieron. Entonces sus rostros fueron vistos por los Xibalbá, y fueron buscados en las aguas.”
Civilización Andina
La civilización andina también tiene sus mitos respecto de dioses anfibios que instruyeron a la Humanidad. Uno de ellos dice que del lago Titicaca surgieron Manco Cápac y Mama Ocllo, los hijos del Dios Sol (o de Viracocha, de acuerdo al origen de la leyenda), quienes enseñaron a la humanidad todos sus conocimientos y fundaron en Cuzco la capital del imperio Inca:
Dios Sol (o de Viracocha
El dios Sol Inti
y la diosa Luna Quilla tenían un amor imposible dado que entendían que
nunca se podrían encontrar. Un día, la tierra se oscureció, Quilla se
unió a Inti, y con esa unión, del
lago Titicaca emergió un hombre apuesto y fuerte, que sería conocido
como Manco Cápac, junto a una doncella hermosísima, llamada Mama Ocllo.
Su
padre Inti, les ordenó que adiestren a los ignorantes las artes de
cultivar y criar animales, en cuanto a Mama Ocllo debía de enseñarles a
las mujeres a hilar y tejer telas, a trabajar en el hogar y conocer las
labores domésticas. “Llevadle, hijos míos, la luz del conocimiento a los
hombres. Ilustradlos en la verdadera religión y dadles leyes, dadles
orden, pues sin leyes ni orden no hay vida en la tierra”…
Para los tihuanacotas,
Viracocha era el Dios Creador que había venido para establecer el orden
en el mundo e instruir a las personas con técnicas y conocimientos. Era
un maestro de la ciencia y la magia, arquitecto, escultor e ingeniero.
Se trataba de un ser antropomorfo que apareció en la isla del Sol del
lago Titicaca. Luego de cumplir su misión, Viracocha se reunió junto con sus ayudantes en
la costa, bajo la línea equinoccial cerca al Ecuador, y se dirigieron
hacia el mar, “caminando sobre las aguas, como por la tierra, sin
hundirse” y se alejaron en la inmensidad del océano.
Otros mitos tihuanacotas nos hablan de dioses que habitaban en las montañas que protegían a los seres humanos llamados los Apus,
nombre que tiene una notable similitud, o posible abreviatura, del
nombre Apkallus (los sabios enviados para civilizar a la humanidad).
Otro mito se refiere a la diosa Oryana,
un ser “venido de las estrellas” de extraño aspecto físico pues poseía
una cabeza alargada, grandes orejas en punta, cuatro dedos al final de
cada extremidad y escamas como de pez, que llegó al Lago Titicaca para mejorar a una brutal raza de gigantes que allí vivía mediante el mestizaje.
Divinidades semitas
Otro caso similar se trata de Dagon (derivado de la raíz semítica dag, que significa, “pez pequeño”), una divinidad anfibia, antiguo dios de la fertilidad adorado en Siria y en la región más occidental de Mesopotamia. Se convirtió en el dios principal de los filisteos como dios del mar y tenía sus templos principales en Gaza y Ashod.
Presumiblemente, Dagon era “Dagan” el dios ugarítico. El culto a Dagan era propio de los amorreos del Siglo XXII AEC que dos siglos después se difundió entre asirios y babilonios. En Canaán, a este dios se lo designaba con el apelativo Il (El) [literalmente dios].
En la mitología asiria, Derceto (Dérceto, Derketo o Dércetis, según qué autores se consulten) es una diosa a la que representaban en forma de pez con cabeza, brazos y pecho de mujer. Estaba
casada con el dios Hadad. Su hija Semíramis, sería reina de Asiria.
Derceto era como conocían los antiguos griegos, en forma abreviada a la
deidad siria Atargatis, en arameo ‘Atar‘atah. Era la representación femenina y las fuerzas fecundantes de la naturaleza, así como Dagón era la masculina.
En la Torá
En los libros de los profetas y de los escritos de la Biblia también hay referencias al dios de los filisteos, Dagon:
Jue.16.23. Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo.
1Sa.5.2/7. Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.
Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí
Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y
lo volvieron a su lugar. Y volviéndose a levantar de mañana el
siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante
del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos
estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco
solamente. Por esta causa los sacerdotes de Dagón y todos los que entran
en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy. Y
se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los
hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio. Y viendo esto los de
Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón.
1Cr.10.10. Y pusieron sus armas en el templo de sus dioses, y colgaron la cabeza (de Saúl) en el templo de Dagón.
Existe
además una mención que podría estar relacionada con estos seres
provenientes del agua, los Apkallu que, en un caso fueron enviados por
Enki desde el abismo, el “Apsu”, mientras que en un pasaje del libro
Salmos, Dios creó “monstruos marinos de los abismos”:
Sal.148.5/7. Alaben el nombre de Jehová; Porque él mandó, y fueron creados. Los hizo ser eternamente y para siempre; Les puso ley que no será quebrantada. Alabad a Jehová desde la tierra, Los monstruos marinos y todos los abismos.
El libro de Enoc (apócrifo para algunas religiones) aborda el tema de los “Vigilantes”
(Nefilim), y según este texto, luego de mezclarse con mujeres humanas,
fueron ellos quienes instruyeron a la humanidad sobre diversos
conocimientos:
Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas; y los Vigilantes, hijos del cielolas
vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: “Vayamos y escojamos
mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos”… Todos y
sus jefes tomaron para sí mujeres y cada uno escogió entre todas y
comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse con ellas, a enseñarles la brujería, la magia y el corte de raíces y a enseñarles sobre las plantas.
Y
‘Asa’el enseñó a los hombres a fabricar espadas de hierro y corazas de
cobre y les mostró cómo se extrae y se trabaja el oro hasta dejarlo
listo y en lo que respecta a la plata a repujarla para brazaletes y
otros adornos. A las mujeres les enseñó sobre el antimonio, el
maquillaje de los ojos, las piedras preciosas y las tinturas. Shemihaza
enseñó encantamientos y a cortar raíces ; Hermoni a romper hechizos,
brujería, magia y habilidades afines; Baraq’el los signos de los rayos;
Kokab’el los presagios de las estrellas; Zeq’el los de los relámpagos;
-‘el enseñó los significados; Ar’taqof enseñó las señales de la tierra;
Shamsi’el los presagios del sol; y Sahari’el los de la luna, y todos
comenzaron a revelar secretos a sus esposas.
Los Dogon de Mali
Es llamativo, a su vez, el parecido del nombre del dios/pez Dagon/Dagan con el nombre “Dogon” de la tribu de Mali. De acuerdo con las descripciones de la tribu Dogon, Nommo era una criatura anfibia procedente de Sirio que visitó a este pueblo hace incontables generaciones.
Los Dogon describen a
Nommo como un ser híbrido hombre/pez, quien bajó del cielo junto con un
grupo de otros “Nommos” a quienes consideraban los “amos del agua” y
“proveedores de la lluvia”. Ellos aseguran que estos seres anfibios les
legaron sus conocimientos, motivo por el cual los toman como “dioses”
civilizadores.
Hopis
Los Hopis poseen un su tradición y en sus ritos a unos seres a los que denominan kachinas,
que son seres de otros planetas/estrellas, “espíritus respetados”
enviados para brindar apoyo y orientación a los clanes, y que adoptaban
la forma de seres humanos.
Si
bien no se identifican de forma alguna con el agua ni como seres
anfibios (aunque sí se los recuerda con máscaras y trajes particulares),
los kachina comparten
la misma tarea que los Oannes, Apkallu y demás seres sobre-humanos que
se acercaron a la incipiente humanidad para transmitirle sus
conocimientos en un pasado remoto.
El mito hopi cuenta que durante el inicio del Cuarto Mundo, el actual, en las tierras tropicales estaba la misteriosa Ciudad Roja del Sur, Palátkwapi [Casa Roja]. Loskachinas guiaron a los clanes hopis migrantes a quienes les indicaron que se establecieran, y bajo su supervisión, Palátkwapi creció hasta convertirse en una gran ciudad y magno centro cultural y religioso. Su templo estaba erigido en tres secciones.
En el primer nivel, el del suelo, los kachinas instruían
a los iniciados en la historia y el significado de los tres mundos
anteriores y el propósito de este Cuarto Mundo al que había salido el
hombre. En el segundo piso enseñaban la estructura y las funciones del
cuerpo humano y mostraban que la función más elevada de la mente era
llegar a comprender la forma en que el único gran espíritu obraba dentro
del hombre. Los kachinas explicaban
todo esto para que la gente no volviera a ser mala y se evitara que el
Cuarto Mundo fuese destruido como los primeros tres.
En
el tercer nivel se aleccionaba a los iniciados en la naturaleza y los
usos de toda especie de planta. Pese a que los seres humanos aún eran
relativamente puros y había pocos casos de enfermedad, sobrevendrían
algunos males y sus enfermedades consecuentes; para cada uno habría una
planta curativa que la gente debía recordar.
El
cuarto piso era más pequeño que los tres inferiores, lo cual daba al
edificio ceremonial la apariencia de una pirámide. En este nivel
superior sólo se admitía a los iniciados de gran conciencia que hubiesen
adquirido un profundo conocimiento de las leyes de la naturaleza. Ahí
se les enseñaba el funcionamiento del sistema planetario, cómo afectaban
las estrellas el clima, las cosechas y al propio hombre. Asimismo
aprendían acerca de la “puerta abierta” encima de sus cabezas, de cómo
mantenerla abierta y así conversar con su Creador.
Hinduismo
Según la tradición hindú, Vishnu, uno de los dioses de la triada llamada Trimurti (tres formas de dios, junto con Brahmá y Shivá)
ha descendido a la Tierra en innumerables ocasiones (en sucesivas
reencarnaciones y bajo distintos avatares), para salvar a la humanidad
de la destrucción de las fuerzas demoníacas, y para restablecer el orden
y la estabilidad en el universo.
Su primer reencarnación la hizo bajo el avatar del Matsya, el pez. De acuerdo al Matsya Purana, Vishnu tomó la forma de un pez con cabeza humana para rescatar a Manu (el primer hombre), a su familia y a los Vedas del Gran Diluvio, indicándole que construya un arca.
La cultura védica/hindú también posee la entidad de “Los Siete Sabios” o “Saptarshí” (sapta, siete; rishis, sabios). Se trata de siete rishis que son nombrados en muchos lugares de los Vedas y otras literatura hinduista.
En los Vedas realmente nunca los enumeran por su nombre, pero otros textos tales como los Bráhmanas y los Upanishad sí lo hacen. En el Shatápatha-bráhmana(14.5.2.6), sus nombres son: Gautama, Bharad Vaya, VisuáMitra, Yamad Agní, Vásista, Kasiapa y Atri.
En los Vedas son considerados los patriarcas de la religión védica (previa al hinduismo). En la astronomía hindú, los Saptarshi forman la constelación de la Osa Mayor, según el Rig Veda (10, 82, 2) y el Átharva Veda (60, 40, 1).
Las pinturas rupestres de Karoo, Sudáfrica
El
Karoo (del khoikhoi, karusa: estéril, seco) es una meseta semidesértica
situada entre el sur de Sudáfrica. Se estima que los bosquimanos o San
han residido en las regiones costeras occidentales con anterioridad al
primer milenio antes de Cristo. Las sirenas han sido parte integral del
folclore de Karoo durante años.
En
lo más profundo de la meseta de Karoo, se encuentran pinturas rupestres
de los San en las paredes de las cuevas, que representan criaturas de
sirenas y hombres-peces.
En
el desierto del Karoo, en las cavernas de arenisca encontramos las
imágenes más antiguas hechas por el hombre, donde se aprecia la
interacción entre humanos y seres con cola de pez.
Mitología grecolatina
Mucho más cerca cronológicamente, según la mitología griega, Poseidón (Neptuno)es
el dios del mar, de las tormentas y «Agitador de la Tierra», de los
terremotos. Su etimología no es clara pero podría provenir de
Posei-dawōn (en sánscrito: posis, señor; dawon, agua) el “señor de las aguas”.
El dios del mar Tritón,
el mensajero de las profundidades marinas, hijo de Poseidón y de
Anfritrite. A Tritón se le representaba habitualmente como una sirena
masculina, una criatura con la parte superior del cuerpo de un hombre
sobre una o incluso dos largas colas de pez. Sus atributos incluían un
tridente y un largo y curvado cuerno hecho de concha.
Nereo,
padre de las nereidas, era distinguido por su dulzura, bondad, justicia
y por la clarividencia que tenían del futuro. También era representado
como hombre con una cola de pez serpentino en lugar de piernas.
Proteo era
uno de los dioses del mar que nació en Palena de Macedonia. Su
principal finalidad era alimentar a las focas y los becerros marinos,
componentes del rebaño de Neptuno. Para recompensar su celo, el rey del
mar le concedió conocer el pasado, presente y provenir: el tiempo no
tenía secretos.
Forcis,
Rey de Córcega, hijo de Ponto y de Gea. Se casó con su hermana Ceto.
con la que tuvo a los famosos monstruos Fórcides, es decir, Escila,
Ladón, las grayas y las gorgonas. Se dice que murio a manos de Atlas y
fue arrojado al mar donde se le rinde honores de divinidad.
En
la mitología griega, los telquines eran nueve hermanos, mitad marinos,
mitad terrestres, con cabeza de perro, la parte inferior del cuerpo en
forma de cola de pez o de serpiente y los dedos de las manos palmeados.
Eran conocidos como niños-peces hijos de Ponto y de Talasa, y fueron,
junto con sus hermanos, los primeros habitantes de la isla de Rodas,
Telquinis en su honor.
Conclusión, si hubiera alguna…
Establecidos todos estos paralelismos, las preguntas que quedan son:
Es
posible que culturas ancestrales de todo el mundo hablen de lo mismo
pero que se trate del producto casual de la imaginación de cada una?
Existe la probabilidad de que sea todo una grandísima coincidencia?
Hasta donde es solo un mito y, eventualmente, donde se vuelve un hecho?
Porque
estos seres divinos con forma de pez? Es literal, figurativo o tal vez
sólo un simbolismo? Son seres que provienen del mar o quizás de tierras
del otro lado? O acaso son los vestigios de seres con trajes especiales
que los oriundos habrían asimilado a la forma de un pez, a falta de un
mejor parecido?
Lo
que sí resulta claro es que en los textos de la Creación, y mismo en la
teoría de la evolución, todo parece haber comenzado en el agua.
La Torá dice: “Había tinieblas sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas“. Y luego: “dijo Dios, Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas“.
Más aún, la mitología sumeria nos habla sobre Tiamat y Apsu: Tiamat era el principio femenino, el agua salada, Apsu era el principio masculino, el agua dulce.
Mismo el Popol Vuh dice: “He aquí la primera historia, la primera descripción… No existía nada edificado. Solamente el agua limitada, solamente la mar tranquila, sola, limitada.”
Todo
apunta a las aguas como el lugar del Origen, más allá de que luego cada
cultura haya entretejido sus propios relatos mitológicos, adaptándolos,
acaso deformándolos. Por tanto, la noción de que la “ayuda” hacia una
vida civilizada provenga del mismo origen, resultaría más bien natural.
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