La Danza de la Muerte era en sus inicios una representación que contenía una enseñanza moral. Su función principal era avisar a la población de que no se sabía en que momento la muerte podía llegar y que debían estar preparados para el juicio al que serían sometidos en el más allá. En forma de diálogo versificado, la muerte quedaba personificada de forma alegórica en un esqueleto humano que iba llamando a diversas personas y dialogando con ellas mientras danzaba.
“A la dança mortal venid los nascidosEmperadores, Papas, obispos, nobles, artesanos o labriegos, no importaba la clase social, todos los humanos están destinados a bailar con la muerte antes o después y esto es lo que explicaba la Danza Macabra.
que en el mundo soes de qualquier estado;
el que non quisiere a fuerça de amidos
facerle e venir muy toste parado.”
Teatralmente empezó a representarse en el siglo XIV especialmente en Semana Santa. El hombre del medievo se veía rodeado por la muerte continuamente y no se enfrentaba a ella con resignación cristiana como en siglos posteriores, sino con un profundo terror que tenía una doble vertiente; por un lado la pérdida de los placeres mundanos y por otra el temor al castigo. La representación tenía además de la intención moral una óptica satírica ya que situaba al mismo nivel a todos los hombres, sin que importase su clase social o su edad, haciendo especial hincapié en la faceta igualatoria de la muerte.
La Danza de la Muerte surgió en Francia y se extendió por toda Europa y abarcó, además de las representaciones teatrales, a la literatura y a la pintura. Una de las obras principales se encontraba en la pared del Cementerio de los Santos Inocentes de París e incluía un mural y un texto, pero ambas fueron destruidos en época de Luis XIV en que se amplió el camposanto y sólo se conservan algunas copias manuscritas del texto y algunos grabados. Curiosamente en esa Danza de la Muerte no hay ninguna mujer y el autor se burla de todos los mortales con la excepción del niño, el franciscano y el cartujo. Los primeros versos dicen así: “Oh, tú, creatura pensante //que deseas la vida eterna //he aquí una enseñanza digna de atención //para terminar bien tu vida de mortal:// Se intitula La Danza Macabra y cada uno aprende a danzarla.// Es natural para hombres y mujeres, //pues la muerte no desprecia ni al grande ni al pequeño.// En este espejo cada uno leerá// que llegará el día para danzar…”
Una de las Danzas de la Muerte que en más ocasiones ha sido representada artísticamente es la leyenda de “los tres jóvenes y los tres muertos”. En ella se explica el encuentro de tres jóvenes de la nobleza que salen de cacería y se encuentran a 3 “cadáveres animados” en diversos estados de descomposición que les avisan sobre la brevedad de la vida y sobre la necesidad de mejorar su manera de comportarse antes de que sea demasiado tarde.
Realmente macabro. No es de extrañar que en esa época se contemplase la muerte con absoluto terror.
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