Las inquietantes “Huellas del Diablo” de Devonshire
Se llaman ‘Huellas del Diablo’ y se trata de unas marcas que aparecieron en el año 1855 a lo largo de más de 150 kilómetros en la región de Devonshire, que se encuentra en el suroeste de Inglaterra. Los vecinos de la región, después de unas nevadas intensas, descubrieron el 8 de febrero de aquel año unas curiosas marcas que parecían hechas por pezuñas y que estaban dispuestas de una forma realmente peculiar.
¿Una criatura “ardiente”, de una sola pata y capaz de atravesar cualquier obstáculo?
Las dimensiones de las marcas eran de 10 centímetros de largo por 7 centímetros de ancho y cada paso medía unos 25 centímetros. Lo más curioso es que estas marcas estaban alineadas, como si hubieran sido hechas por una criatura que andaba a una sola pata. Peor aún, las huellas estaban totalmente aplanadas, como si lo que las hubiera hecho desprendiese calor y hubiese derretido la nieve al contacto.
Más interrogantes. Las huellas no se detenían ante ningún obstáculo, como una valla que había en el lugar, sino que continuaban inmediatamente después, pareciendo que hubiera pasado por encima sin dificultad. Al llegar a alguna casa, las huellas aparecían encima del tejado o atravesaban un conducto de drenaje que tenía apenas 15 centímetro de diámetro. ¿Qué podía ser esto? El asombro y el miedo de los lugareños, así como a las personas de otras regiones a las que llegó la noticia, crecían con cada nuevo dato.
Ninguna hipótesis fue capaz de aclarar la situación
A raíz de esto surgieron cantidad de hipótesis: burros, tejones, ratas, etcétera. Pero nada encajaba ni explicaba como un animal podría haber atravesado una tormenta de nieve ‘a una pata’ y haber trepado hasta un tejado. Por esta razón y otras obvias, los lugareños comenzaron a llamarlas ‘Huellas del Diablo’.
El mal tiempo acabó y las huellas desaparecieron junto al misterio sin resolver de las mismas. Lo que sí se sabe es que más tarde aparecieron huellas similares en otros lugares: Nueva Zelanda en el 1886, Nueva Jersey en 1908, Bélgica en el año 1945, nuevamente en Devonshire en el 1950, en Escocia en 1952 y en las laderas del monte Etna en Sicilia en el año 1970. Pero las de Devonshire no fueron las primeras huellas de este tipo, ya en el año 1840 el Times había recogido la noticia de unas extrañas huellas que se extendían en varios kilómetros en Glenorchy (Escocia), aunque fue de las de Devonshire de las que parece que se extrajeron más datos y de las que se recogieron más testimonios.
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