Sonidos extraños, pasos, golpes en las puertas, aparatos eléctricos que se encienden y apagan, sensaciones como ahogo, pesadez y escalofríos son sólo algunas de las manifestaciones que nos deben poner en alerta.
A menudo escuchamos de alguien que ha sufrido una manifestación en su hogar. Situaciones que provocan angustia y temor por lo desconocido. Sin embargo, hay que diferenciar aquellas entidades malignas y los que son protectores para saber cómo actuar en cada caso.
Según plantean parapsicólogos expertos en estos temas, los espíritus quedan en ocasiones dando vueltas en este plano, algunos porque así lo decidieron, ya sea por una deuda pendiente o para proteger a un ser querido y en otras porque su muerte fue de manera traumática, atentaron contra su vida o bien contra la vida de otros.
Los espíritus que podemos encontrar en nuestras casas pueden ser de dos tipos.
En ocasiones son los propios habitantes del hogar quienes atraen a un espíritu, dicen los parapsicólogos. Ya sea porque han jugado a la OUIJA como una forma de entretenerse sin pensar en las graves consecuencias que esto trae consigo o en otro método similar. La tabla ouija abre portales entre el mundo visible e invisible y con su uso pueden permitir la entrada a espíritus malignos o poltergeist que son energías muy negativas. Éstos pueden producir una serie de fenómenos e incluso hacen peligrar a quienes habitan el lugar. Ellos pueden originar hasta una lluvia de piedras, caída de objetos o ahogar a una persona mientras duerme (sensación de parálisis que te deja sin habla o aire).
Los espíritus malignos, según los parapsicólogos, provocan una sensación de frío polar cuando están cerca, temor y pesadez. Estas entidades además afectan el entorno y son los animales quienes más se inquietan con su presencia. Sin embargo, en caso que uno de estos espíritus habite tu hogar hay que poner especial atención a los más pequeños del hogar, ya que los niños poseen una sensibilidad especial y por ende, son más vulnerables.
Espíritus buenos o protectores
Si en tu hogar ves sombras o sientes que alguien te acompaña, pero su presencia viene acompañada de un aire tibio y reconfortante, entonces estás ante la presencia de un ser protector.
Los expertos plantean que es importante no confundir a estos espíritus, puesto que ellos en su mayoría se presentan con la forma humana que tenían antes y algunas entidades malignas pueden adoptar su imagen para que tú les permitas la entrada. En dicho caso es importante percibir lo que te provocan y no sólo guiarte por lo que ves.
También hay espíritus adheridos a un espacio, están ahí porque murieron en el lugar, cerca de él o porque simplemente se adaptaron al ambiente o sólo esperan comunicarse y pedir ayuda en algo que los aqueja.
Formas para liberar un ambiente de los espíritus
Antes de cualquier ritual hay que determinar qué tipo de espíritu es, ya que los malignos son difíciles de sacar y necesitarán ayuda profesional. Si es un poltergeist incluso se recomienda cambiarse de casa. Ya que muchas personas aún siendo asistidas por expertos no logran liberarse de la carga negativa que ellos traen consigo.
En caso que sea un espíritu protector lo recomendable, dicen los parapsicólogos, es hablar con él, indicarle que estás agradecido por su ayuda pero que, sin embargo, debe seguir su camino de ascensión y bajo ningún punto dejarlo tú amarrado a este plano. A veces somos nosotros quienes evitamos que se vayan, porque los extrañamos y al tenerlos ahí sentimos su presencia.
Si tu caso es un espíritu que no es ni bueno ni malo, algunos expertos en esoterismo recomiendan que debes rociar agua bendita en toda la casa y poner especial atención a las esquinas, lugar donde se concentra toda la energía. Si eres creyente, proponen que te acompañes de un rezo con mucha fe y solicitar ayuda a seres celestiales para que guíen su camino.
Nunca olvides:
Jamás invites a un espíritu, ni permitas que se quede.
Protege a los más pequeños del hogar poniendo en su mesa de noche un vaso de agua con sal que debes tirar al otro día por agua que corre. Los ángeles son excelentes protectores.
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