Es cierto que esta teoría puede aturdir tu mente y, sin embargo, todavía es comprensible. Las nociones de universos o dimensiones paralelas que se parecen a la nuestra han aparecido en obras de ciencia ficción y se han utilizado como explicaciones para la metafísica. Pero ¿por qué un físico prometedor podría arriesgar su futura carrera planteando una teoría sobre universos paralelos? La respuesta es sencilla: porque estaba convencido de ello. Y ahora, casi 70 años después de la teoría de Everett, el mundo de la física teórica está a punto de demostrar la existencia de realidades alternativas.
Vivimos en un universo paralelo
El autor y filósofo Douglas Adams prácticamente clavó el estado de la cosmología cuando escribió su famosa serie “La guía del autoestopista galáctico”. Tenía mucho que decir sobre la naturaleza incomprensible de la vida, el universo y todo. También lo hace el físico teórico Sean Carroll. El profesor de mecánica cuántica y cosmología quiere demostrar que de una vez por todas que estamos viviendo en un universo paralelo. Como dice su mensaje promocional: “¿Cuáles son las posibilidades de que un millón de átomos se agrupen para construir ‘pequeños sacos de ansiedad’ capaces de hacer las grandes preguntas, pero no responderlas?”
Carroll presentara todas las evidencias en su nuevo libro titulado “Algo profundamente oculto: mundos cuánticos y la aparición del espacio-tiempo”. Su argumento aborda el mayor misterio de la física: ¿cómo es el reino cuántico infinitamente extraño e infinitamente pequeño compatible con el universo práctico tal como lo conocemos? Pero Carroll no está interesado en construir un puente entre las dos realidades. Él quiere deshacerse de la brecha que nos separa.
“Hasta donde sabemos actualmente, la mecánica cuántica no es solo una aproximación a la verdad; es la verdad”, dice Carroll al portal de noticias australiano News.com.au.
Según el profesor de mecánica cuántica y cosmología, el mundo cuántico se puede definir como partículas de probabilidad. Cada elemento, como un electrón, puede estar en muchas posiciones diferentes posibles. Cada posición tiene una probabilidad diferente, una expectativa que solo se resuelve cuando se observa. Carroll conjetura que el electrón está realmente en todas sus posiciones posibles. Solo en diferentes universos paralelos. Y su teoría es una proyección de esto: de la mecánica conocida de los estados cuánticos deben surgir mundos múltiples y paralelos.
“Pero están sucediendo muchas más cosas”, continúa explicando Carroll. “No todos los mundos que imaginas se hacen realidad. Todavía hay ecuaciones, reglas físicas, patrones que deben ser obedecidos. Algunos mundos alternativos posibles pueden hacerse realidad. Pero no todos. Lo que es posible no siempre es probable. Lo que tenemos empíricamente son probabilidades. No puedes predecir lo que sucederá después. Pero puedes predecir la probabilidad.”
Carroll dice que es momento de abordar los problemas generales del infinito y la cosmología desde una nueva perspectiva.
“La física está estancada tratando de comprender los fundamentos de la naturaleza y el Big Bang», enfatiza el físico. «Es hora de dar un paso atrás y comprender sus fundamentos. Es hora de abordar nuestra comprensión del mundo cuántico. Vemos nuestro mundo y tenemos una idea de lo que está sucediendo. Exigimos que nuestras teorías de la física respeten eso. Pero esa no es la forma correcta de pensar. Es al revés.”
Y al parecer, cuando se trata de física cuántica, la perspectiva es un problema. La realidad no es necesariamente lo que parece. A los físicos les gusta las pruebas. Entonces, tienden a probar cosas en las que pueden experimentar. Pero, durante mucho tiempo, no hemos tenido ninguna forma real de investigar los reinos cuánticos.
“No se trata de preferencias. Son irrelevantes. Lo que importa es que aceptes lo que predicen las ecuaciones. Ahora estamos mejorando en eso. La tecnología ha mejorado. Tal vez las cosas van a cambiar”, concluye Carroll.
Carroll está convencido de que vivimos en un universo paralelo y tiene pruebas que lo demuestran. Entonces nosotros podríamos ser las otras “realidades” de nuestros propios “yos”. Aunque tal vez es mejor no responder a ciertas preguntas. Existe una teoría que establece que si alguien descubre exactamente para qué es el universo y por qué está aquí, desaparecerá instantáneamente y será reemplazado por algo aún más extraño e inexplicable.
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