

El autor del libro fue Gottskalk Nikulausson, quien irónicamente ocupó el puesto de obispo de Hólar.
En él recogió reglas y hechizos de magia negra muy contrarios a lo que su oficio y religión suponían.
A estas alturas, es probable que estés preguntándote por qué lo hizo. Pues bien, se cuenta que su intención era vencer a Satanás, esclavizarlo y con ello gobernar el mundo. Pero veamos cómo llegó a este punto.
Nacido en 1469 en Islandia, Gottskalk fue nombrado obispo en 1496, pero su vida no seguía en absoluto los principios del cristianismo. Tuvo dos amantes oficiales; con la primera de ellas tuvo dos hijos y con la segunda una niña. Además, se dice que se trataba se un hombre ambicioso, cruel y manipulador, que comenzó a interesarse por la brujería y la magia negra gasta hacer de este interés una auténtica obsesión. La gente de su región conocía lo que tramaba, y cuando murió en 1520 fue enterrado junto con su libro: el Raudskinna.
La leyenda que se esconde detrás de Raudskinna

Una noche acudió a la catedral junto a un estudiante para invocar a los espíritus de los obispos enterrados allí y conseguir que Gottskalk le entregara el Raudskinna. Loftur cantó salmos de alabanza al diablo y otros conjuros hasta que consiguió que tres obispos se levantaran de sus tumbas. Estos se apartaron de él con temor.

El hechizo se rompió y la escena se desvaneció. Loftur murió al poco tiempo cuando navegaba en su barca, la leyenda dice que el demonio lo arrastró hacia las profundidades del mar y lo ahogó. Pero para los islandeses el misterio continúa: algunos dicen que el Raudskinna fue destruido, pero otros creen que sigue allí, enterrado en algún lugar junto al malvado obispo.
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